11/2/10

Poder para cambiar

Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados, nuestro miedo más profundo es que somos inconmensurablemente poderosos. Lo que nos asusta es nuestra luz, no nuestra oscuridad.
Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, encantador, talentoso y fabuloso? En realidad, ¿quién eres para no serlo?

NELSON MANDELA
Discurso como presidente
electo de Sudáfica, 1994


Las personas son seres maravillosos. Nacen, interaccionan con el medio y mueren, como todos los seres vivos. Pero durante este proceso, el ser humano tiene la capacidad de hacer algo que ningún otro puede. Un ser humano puede cambiar el mundo.
Y es que las personas, a parte de esa realidad biológica poseen algo especial, algo que les permite desoír las leyes de la naturaleza y actuar bajo su propio criterio. Sus acciones, sus decisiones y pensamientos podrán ser mejores o peores, pero en cualquier caso, son libres.
Creatividad, dignidad, sueños, pensamiento crítico, razón, moral,... Son realidades que tan solo pueden existir en libertad.
Pero debe ser libertad para todos, no solo para uno o dos, no solo hay libertad para los afortunados. Y es que en realidad, es algo tan inherente a nuestra naturaleza humana, que nunca, de ninguna forma, podrán robarnos por completo la libertad. Ni siquiera estando encerrados, amordazados y vigilados, ni siquiera siendo maltratados, coaccionados o engañados,... Nunca. No se le puede robar a una persona su capacidad de pensar y soñar.

La verdad, como decía Nietszche, es la que dicta el poder; la justicia, está a su servicio. Pero la libertad es tuya, tuya y de todos los demás. Por la libertad vale la pena luchar, vale la pena vivir, y sin ella, no hay nada que hacer.

Vive, vieve con intensidad, disfruta cada segundo y nunca te conformes con menos de lo que puedes soñar. Vive, sueña y lee, deja volar tu mente y crea un mundo mejor. El mundo en el que querrías vivir. El mundo que puedes imaginar. Y es que solo tú, solo un ser humano, puede hacerlo.


Todo el mundo es especial. Todo el mundo. Todo el mundo es un héroe, un amante, un loco, un villano. Todo el mundo. Todo el mundo tiene su historia.
-V-
(V de Vendetta)

6 comentarios:

Aylos dijo...

"No eres un bonito y único copo de nieve, eres la misma materia orgánica en descomposición que todo lo demás, todos somos parte del mismo montón de estiércol..."

Son palabras de Tyler Durdent, en "El club de la lucha".

Como es evidente, mi manera de plantear las cosas no es tan positiva como la tuya... cuidado, no discrepo para nada en tu concepto de libertad, yo mismo he dicho que precisamente SIEMPRE tenemos capacidad de acción y jamás nos pueden obligar a nada, en todo caso pueden limitar nuestras opciones a nivel físico, pero siempre tenemos ciertas opciones en nuestra mano.

No obstante, aun que la humanidad tiene cosas magnificas, también tiene cosas horribles, cosas que van parejas a nuestra naturaleza.

La verdadera cuestión en todo este asunto, debería ser la balanza que mide la importancia de las aptitudes buenas contra las malas.

¿Tiene más valor inventar una vacuna que salva a muchos niños de una enfermedad o provocar una guerra que mata a miles de personas? Ambas cosas son producto de la libertad humana, libertad para curar y salvar o matar y destruir.

Personalmente creo que la balanza está completamente desequilibrada por las acciones de... dudosa ética. Si en el cine, la novelas y los cómics casi siempre ganan los buenos, es porque en la realidad, casi siempre ganan los malos. Ello es un reflejo de una carencia en nuestra sociedad, por eso las historias son ficción, porque al final siempre hay justicia.

PD: Hacía ya varios días que no publicabas nada he? ya mismo iba a pegarte bronca xd

Un saludo

Niwa dijo...

Entiendo perfectamente tu postura, Marc, sin ninguna duda encontramos montones de mierda por todas partes. Tenemos una sociedad podrida, nos cargamos el planeta y a todos los que están a nuestro alrededor en nuestro afán por sobrevivir, triunfar y siempre quedar por encima de los demás. Posiblemente también sea algo inherente a nuestra naturaleza.

Pero a pesar de estar sumidas en la mierda más profunda, a pesar de terminar confundiéndose a sí mismas con la mierda que les rodea, las personas siempre pueden salir adelante. Creo que es una cualidad maravillosa y por la que merece la pena revolcarse en la mierda más apestosa porque de alguna forma, sabes que ese pequeño reducto de libertad que es tuyo y solo tuyo, siempre estará ahi. Solo por eso merece la pena plantarse y decir ¡yo quiero ser un copo de nieve!, porque si no lo piensas en algún momento, nunca saldrás de la mierda.


PD: Me alegra muchísimo verte por aquí a pesar de tener el blog un poco parado. He estado con exámenes, así que no he podido escribir ni un par de líneas, pero muchas veces no actualizo por pura dejadez, así que tú no te cortes por echarme la bronca xD

Aylos dijo...

"No temo la maldad de los hombres malos, si no el pasotismo de los buenos".

Está claro que todos podemos hacer el bien y superar las expectativas que teníamos marcadas. Si miro al mundo, no veo el mejor mundo posible, pero tampoco el peor de los imaginables. Pero el hecho de que "pueda ser mejor" pero "no lo es porque no nos da la santa gana" es un buen incentivo para llegar a dudar sobre la aptitud humana.

Quizás es más importante lo que quieres, que no lo que puedes hacer. Y no deja de ser curioso, porque precisamente el poder está marcado por lo que una persona puede, y no puede hacer.

Creo que el mundo llegaba a un punto álgido en los últimos años, pero ahora está comenzando a decaer de nuevo. Quizás no lo hace de la misma manera, ni tan rápido, pero de vez en cuando, se atisban extraños problemas asilados, que poco a poco se van nutriendo del pasotismo de las masas.

Y son las masas las que al final deciden los gobernantes, las leyes y la estructura de la sociedad. Una pena, pues las masas son las más estúpidas de todas, porque están formadas por cúmulos de personas asustadas, que no quieren ser diferentes, que prefieren formar parte de la "podredumbre" si con eso se aseguran una supervivencia.

Con más frecuencia de la que me gustaría, creo que todo lo contrario que asegura "la masa" es justo lo correcto. Cuando todos digan Si, seguramente debas decir No.

Como ya dije en mi blog, yo soy misántropo por naturaleza, y por lo tanto, tengo una antipatía generalizada hacía las personas, no obstante, yo adoro al individuo, a quellas personas que son una consigo mismas, en vez de una con todas las demás.

En definitiva, quizás las masas sólo valen para crear a individuos, personas que quieren librarse de lo común y lo usual. Por eso, en parte, agradezco a las masas que sean como son. Pero eso tampoco significa que no estén destrozando el mundo... la pregunta no es si lo harán algún día, si no CUANDO.

Niwa dijo...

Para que pueda surgir un individuo único, distinto, es necesario que haya una masa a la que oponerse, para poder ir contracorriente, es necesario que haya una corriente contra la que nadar. El problema es que después de ese individuo único y excepcional suelen aparecer otros tantos, que le toman como ejemplo y terminan convirtiendose en masa. La originalidad termina cuando diez, veinte, cincuenta personas piensan, quieren y hacen lo mismo.

Es muy difícil ser un individuo único y original, es muy difícil no formar parte de alguna masa, pero el mero deseo de diferenciarte de los demás, ya es algo excepcional, ya te hace, de alguna manera, diferente.
Sí, está claro que siempre habrá masas, como si de gigantescas cucarachas que sobreviven a todo se tatase, pero también es cierto que siempre surgirá un individuo que quiera romper con la monotonía de la masa. Porque somos libres y necesitamos sentirnos libres, así que tarde o temprano siempre habrá alguien con el valor suficiente para reclamar su libertad.

Mew dijo...

Me parece que os estais tomando demasiado a la ligera la idea de la masa. ¡Es tan fácil echar balones fuera y culpar al colectivo de gente anónima que conforma la masa...!

En mi opinión, esa idea no se sostiene por ningún lado. Es decir, ¿sois conscientes de que estais dirigiendo vuestro dedo acusador hacia vuestras propias personas?
Todos formamos parte de la masa, en mayor o menor medida. Todos decimos "si", "no", "vale" con pasotismo e indiferencia en alguna ocasión, ya sea porque el asunto nos la trae (hablando mal y pronto) floja, porque no tenemos ganas de ir en contra de la mayoría, o porque es algo que consideramos tan nimio que no lo juzgamos digno de dedicarle el más ínfimo y fugaz pensamiento que pudiera cruzar por nuestra mente. Tú, él y yo somos la masa. Es más, rescatando la idea que ha expuesto Marc más arriba, somos nosotros quienes hacemos posible su existencia.

Ahora bien... ¿y qué? ¿qué hay de malo en pertenecer a la masa?
Por lo que he entendido vosotros exponeis que libertad, poder de decisión, individualidad y demás valores son incompatibles, no pueden coexistir con la idea del colectivo de "borreguitos" en que se está convirtiendo nuestra sociedad. Lo siento, discrepo. YO soy parte de la masa, y no de una, no, yo no me conformo con pertenecer a una... Yo formo parte de miles de masas, porque reconozco que hay miles de asuntos que me traen sin cuidado. Sin el más mínimo cuidado. Pero también es cierto que, aún perteneciendo a tantos colectivos que "se mueven en la misma dirección sin cuestionarse por qué", soy un individuo único e inimitable, pleno y lleno de libertad y poder de decisión. En el fondo, en todo lo que subyace y que no le muestro a la primera persona que pasa por la calle (¡porque no me da la gana, oye!) yo sé muy bien lo que me importa, cuáles son mis principios y en base a qué narices se fundamenta mi moral, entendiendo el término en la amplia gama de acepciones que se te pasen por la cabeza en un primer momento.

A ver, a modo de síntesis, lo que estoy intentando decir es que es imposible NO pertenecer a la masa y proclamar que tú eres un individuo libre y único que ya goza de las ventajas de haber roto las cadenas que le retenían encadenado a esa axfisiante aglomeración de personas sin voluntad. Primero, porque las personas sin voluntad, sin siquiera una pizca de voluntad, no existen. Segundo, porque es imposible que centres tu atención en todos los asuntos humanos que existen (¡Ojalá se pudiera hacer!). Y tercero, y creo que lo más importante, porque pertenecer a la masa NO es malo. Porque al igual que tú Fulanito y Menganita os vais a rebelar en el núcleo de una masa y vais a luchar por meter algo de sustancia en la sesera colectiva en lo relativo a cierto tema, tarde o temprano va a ocurrir lo mismo en las demás masas a las que tú perteneces.

En fin, toda esta idea de las masas es matar al individuo. Y parece mentira, porque leyendo que es precisamente el propio individuo el que despierta tales sentimientos de admiración y respeto, hayais sido capaces de estrujarlo y destruirlo metiéndolo a presión en el reducido espacio que esas cuatro letras pueden darle. Jamás sereis capaces de conocer verdaderamente a una persona, no hablemos ya de las miles que conforman la dichosa masa. Meterlas a todas en ese mismo saco es ahogarlas vilmente... pero bueno, antes de que se anude la cuerda y la bolsa quede relegada al olvido junto a tantas otras cuestiones... ahí asoma mi puño, orgulloso de pertenecer a la masa y ser capaz, al mismo tiempo, de encontrar su individualidad y de luchar. Luchar siempre por todo aquello que considera que hay que defender.

Niwa dijo...

Como ya he dicho antes, Mew, es muy difícil, casi imposible, no pertenecer a alguna masa. Estoy de acuerdo en que todos pertenecemos a alguna masa, incluso a muchas, en algún momento.
Pero tú, yo y muchos otros no nos conformamos con ese borreguismo, con simplemente decir sí o no cuando los demás digan sí o no. No nos podemos parar a pensar y reflexionar sobre todas y cada una de las cosas que nos rodean y nos suceden cada día, a cada momento, pero eso no significa ser un borrego sin voluntad, o al menos no es el concepto de masa de borregos que yo tengo.

El problema es que hay gente, y cada día descubro que mucha más de la que me gustaría pensar, que se conforma con pensar, opinar, decir y creer simplemente lo que los demás les dicen que está bien. No lo pasan por el filtro de su propio criterio, no tienen, como tú decías, sus propios principios.

El problema no es pertenecer a un colectivo, a un grupo de personas con gustos, ideas u opiniones similaares, el problema surge cuando se adoptan esas ideas por mero mimetismo, por la mera necesidad de pertenecer a algo. Y es eso lo que yo considero incompatible con el ejercicio de la libertad, porque simplemente, se ha renunciado a ella para dejarse llevar por lo que digan y piensen los demás.