Más allá de la Bruma...

Una figura oscura chapoteaba en la orilla, con las opacas aguas bañando las botas que cubrían sus pies. Una inmensa corriente de agua se extendía frente a ella y, aunque la bruma lo ocultaba, sabía perfectamente que una densa selva de árboles grises se levantaba en la otra orilla. A sus espaldas, sin embargo, no había más que un desierto páramo que parecía no tener fin, por el que se extendían pequeñas corrientes que se separaban del curso del Gran Río, como delicados nervios que recorrían las yermas tierras. A ella no le importaba que todo en aquel lugar tuviera ese aspecto grisáceo y apagado o que las plateadas figuras que de vez en cuando se cruzaban en su camino deambularan sin rumbo. Tan solo era consciente de que por un segundo las aguas del Gran Río se habían detenido y un oscuro presentimiento se había instalado los límites de su razón. No era la primera vez que lo experimentaba, pero en ese momento realmente le estaba afectando aquella momentánea sensación de vacío que suponía la muerte de un Sombra. Si su hermano había caído, le tocaba a ella tomar el relevo. Una leve sombra en las aguas la puso alerta, y aferró con firmeza la guadaña que había dejado a sus espaldas, deseando enfrentarse a cualquier cosa que hubiera acudido a su provocación. Pero cualquier señal de que hubiera algo bajo el agua había desaparecido. Salió del agua al notar una presencia a sus espaldas y se volvió a tiempo de ver una figura de aspecto aniñado aparecer entre la bruma.

—Svankala, Yanix ha caído –informó la recién llegada con voz cantarina.

—Ya me había dado cuenta —murmuró la aludida, volviéndose de nuevo hacia las agitadas aguas y sumergiendo un pie juguetonamente.

—Algún día no serás bastante rápida y tu también caerás. Deberías tener más cuidado con tus jueguecitos —la reprendió con frialdad, dejando un alargado fardo en el suelo.

De pronto, Svankala recogió de nuevo la guadaña y cortó por la mitad una deforme figura plateada mientras salía súbitamente del agua. En cuanto la reluciente hoja atravesó la figura, esta se deshizo en volutas de humo que se adhirieron al mango del arma.

—No sufras por mí pequeña, la preocupación de tu voz es tan desgarradora que estoy a punto de llorar de la emoción —rió— Todavía soy más rápida que un espíritu de pacotilla.

Y con un veloz movimiento interpuso la guadaña entre su cuerpo la hoja de una reluciente espada dorada. Se observaron durante unos instantes, Svankala con una sonrisa cruel en los labios y la niña jadeante y furiosa ante la instantánea reacción de la otra. Como otras muchas veces Svankala había reaccionado casi antes de que ella pudiera sacar la espada, aquella maldita Sombra siempre detenía su ataque. Se apartó con brusquedad y guardó el arma en la funda que colgaba de su cadera antes de recoger de nuevo el fardo que había llevado hasta allí.

—Y también sigo siendo más rápida que tú, Maddy.

—No vuelvas a llamarme así, espectro, mi nombre es Madyemmen.

—Claro angelito, tu nombre es sagrado. Pero más vale que me des el mensaje y te marches de aquí antes de que te manches tu bonito vestido

Madyemmen llevaba una sencilla túnica blanca que la hacía parecer incluso más angelical que de costumbre, sobre todo al lado de las andrajosas ropas negras de Svalanka. Y eso la molestaba de sobremanera, simplemente porque la niña no se manchase las manos en la frontera no tenía porqué ser más ángel que ella, al fin y al cabo ambas cumplían el mismo papel en aquel lugar.

—Es tu turno, ya lo sabes —espetó Madyemmen tendiéndole el fardo.

Svalanka lo cogió y dejó caer la tela en la que estaba envuelta una sencilla espada de hoja estrecha y ligeramente curva. La funda era negra, con una delicada filigrana de plata que dibujaba unos extraños caracteres que parecían fluir por su superficie y cambiar lentamente. La observó con detenimiento, admirando su belleza y sintiendo la electrizante sensación que le transmitía. La sopesó, consciente de que si la desenfundaba no querría soltarla nunca, y tras unos instantes hizo un brusco ademán a Madyemmen, que se alejó de un salto como si temiese de un ataque.

—¿Qué pretendes? Aquí no puedes...

—Cógelas Maddy —la cortó—, seguramente sea el único gesto noble que vayas a ver en mí, así que no pierdas esta oportunidad. Si relevo a Yanix y salgo de aquí no voy a preocuparme por proteger a nadie, tú lo sabes y yo también. Coge la espada antes de que me lo piense dos veces y llévasela a alguien que vaya a seguir las normas.

—Pero tu deber... El honor de seguir los pasos de...

—No digas tonterías, llevo demasiado tiempo aquí encerrada como para que me importen lo más mínimo esas paparruchas del deber y el honor. Si salgo voy a disfrutar de todo lo que no pude vivir en mi momento y te aseguro que a no ser que me afecte no intervendré. Hasta ahora me habéis mantenido al margen, y no voy a cooperar ahora que me toca jugarme la piel. Si vivo de nuevo no me voy a arriesgar por vosotros. Cógelas.

Madyemmen tenía los ojos desorbitados de la impresión, para ella era inconcebible todo aquello que estaba escuchando y tan solo quería arrancar el arma de esas sucias manos que la sostenían y llevársela a algún lugar donde nunca más pudiera tocarla. Pero no podía y era consciente de ello.

—No. Es tu turno, nadie más puede empuñarlas —espetó, como si las palabras fueran veneno en su boca—. Desaparece antes de que te mate yo misma y pueda hacerle entrega de este don a alguien digno de él. ¡Fuera!

A su pesar, Svankala no pudo evitar sonreír. En el fondo la pequeña le hacía gracia.

—Voy a echar de menos estas conversaciones Maddy. Es una pena, pero no pienso regresar pronto, así que cuídate hasta entonces, no quiero aburrirme a mi vuelta.

—¡Serás...!

Pero Svankala ya había desaparecido en plateadas volutas de humo.

>> Este es un relatillo corto que tengo en el ordenador hace tiempo. Iba a ser el prologo de algo más largo, pero como no consigo darle forma, de momento se va a quedar así. Espero que os guste ^^

Siento la tardanza entre actualización y actualización, luego, cuando empiecen las clases, volveré a hacerlo con más regularidad... Las tardes, que dan para mucho u.u

Ahora tengo un mono de manga horrible y Renji me ha echado definitivamente de la cama, dice que hasta que no se me pase no me quiere ver, que luego tiene pesadillas. Nadie se apiada y se viene conmigo alguna tarde a derrochar y frikear un poco?? Porque a todo esto todavia no he conseguido mi Death Note, si, es denigrante y horrible, sobretodo habiendola tenido en mis manos en el Salón... diox como me arrepiento de haberme comprado otras cosas >.<

Además NECESITO el tomo 1 de Trigun, me se la historia, he leido el segundo, he visto al anime y tengo parte de Trigun Maximum... pero no tengo el numero 1 de Trigun T^T

Y ahora me voy a ir con mi kit antiestres a una esquina a desahogarme un rato. Si no doy señales de vida en una temporada será cosa de los efectos secundarios de abusar de este maravilloso producto... vengadme y apoderaos del mundo pequeños...

bExotess