26/4/09

El problema Naruto



Antes de empezar, me siento obligada a advertiros que este es un post de desahogo y que por tanto tendrá información clara y explícita sobre algunos puntos cruciales...

TODO AQUEL QUE NO LLEVE AL DÍA EL MANGA DE NARUTO NO DEBERÍA LEER MÁS ALLÁ DE ESTE PUNTO BAJO PENA DE SUFRIR HORRIBLES Y TRAUMÁTICOS SPOILERS QUE NUNCA ME PERDONARÁ.

En el último post mencioné que esta pasada Semana Santa tuve un pequeño encuentro tonto con Naruto, pues bien, no es ni tan pequeño ni tan tonto como me gustaría.

Al principio, por culpa de un serio trauma con los capítulos en español, me negué rotundamente a ver esta serie aunque, para qué vamos a engañarnos, ver a todo el mundo enganchadísimo hizo que me picase la curiosidad. Sin embargo, no fue hasta toparme con la malísima influencia de Mew que decidí ponerme al día en la serie. Entenderéis que desmoralizaba bastante la idea de que 400 capítulos me separasen del resto del mundo, sobretodo cuando tengo la mala suerte de conocer al chico-spoiler, que según habla te jode una serie diferente >.< Pero me cogí el portátil y empecé a viciarme a Naruto cuanto antes. Poquito a poco yo iba escalando capítulos, enganchándome lentamente, cada vez más, pero sin darme cuenta de ello.

El primer problema apareció al llegar la Semana Santa. ¿Qué iba a hacer yo con tanto tiempo libre? Para mí estaba bien claro, encerrarme en mi cueva y pincharme ninjas en vena. Todavía arrastro los efectos secundarios de haber engullido en una semana cerca de 300 capítulos, así, del tirón ^^ Por ejemplo me esta resultando durísimo adaptarme al ritmo normal de capitulillo por semana... ¿cómo demonios pretenden que aguante día tras día, semana tras semana, quedándome una y otra vez con las ganas de conocer lo que ocurrirá a continuación?

Otro de los contras de esto fue tener que sufrir la muerte de Itachi, Kakashi y Jiaraiya en la misma noche. No me podía creer lo que estaba viendo y todavía sigo dándole vueltas y vueltas. Como tampoco pude criticar y destripar el momento hasta quedarme a gusto porque enseguida vinieron más cosas que comentar y destripar, no consigo superar el trauma >.<

Con la batalla de ero-sennin casi se me saltan las lagrimas T^T Creo que Pein es el único personaje al que realmente he llegado a odiar (supera incluso a Sasuke que no es más que cacotilla de segunda). Puede sentarme mejor o peor, pero entiendo perfectamente que se maten los unos a los otros y hay muchos "malos" que me encantan incluso más que los "buenos", pero lo de Pein es una cosa... Ese hombre me cae mal y quiero que Naruto se lo cargue con su super modo sennin de una vez que masmola un huevaco y parte del otro >.<

Con Itachi no fue tan duro. Nunca llegué a adorar a ese chico como a los otros dos, pero sin duda también fue una gran pérdida. Gracias a él mi concepto de los Uchiha subió bastante y cuando empezaba a carme fantabulosamente bien, coge y se muere. Quiero recalcar ese SE MUERE, que no le matan, porque el inútil de su hermano, que ni siquiera le llega a la suela del zapato, no pudo cumplir la meta de su vida. El pobre chico dejó bien clara su estupidez y su ineptitud durante el combate y sobretodo después, tras la conversación con Madara. ¿Qué hacer mejor que destrozar el trabajo de toda una vida y pisotear todos los principios e ideales por los que luchó Itachi? ¡Claro que si, campeón, a destruir Konoha!

...








..............









... je.

Frustrado...
Se te han vuelto a adelantar.

Y por último, el momento más duro y traumático, la aparente pérdida de mi amado Kakashi-sensei TT-TT Yo hasta que no vea el cuerpo y Tsunade como experta médica me asegure que está muerto, remuerto y no hay oportunidad de revivirle no perderé la esperanza, todavía me niego a creerlo, aunque mi cerebro me grita que asuma la realidad y acepte su pérdida. He pasado lo de Jiraiya, lo de Itachi, la momentánea y escueta pseudoresurrección de Yondaime, la casi muerte de Gaara y la destrucción de Konoha... pero esto... esto es demasiado. Masashi Kishimoto no puede albergar tanta maldad en su interior, ¿por qué me tortura así? ¿Por qué deja un pequeño resquicio que mi imaginación hiperactiva emplea para soñar una realidad paralela? Si lo ha matado ya me encargaré de quemarle la casa, el coche y a él mismo si hace falta (aprovechamos y nos vengamos de Tite Kubo también no Mew? xD), pero si pretende conservar la vida y va a resucitarlo que deje de hacerme sufrir de una vez.
Porque como dice Mew, al fin y al cabo Kakashi tiene plus de protagonismo... No puede estar muerto T^T

Estimado Kishimoto-sama... ¿no es usted consciente de que se esta jugando el cuello? Lo de cargarse a los personajes molones del manga acarrea ponerse en contra a todas sus fangirls viciosas. Y situarse en el punto de mira de tanta gente deseosa de venganza no es buena idea... Yo solo lo dejo caer, como quien no quiere la cosa, por si acaso decide recapacitar y arreglar todo el lío que se está armando en torno a la confusa situación Kakashi... Todos sabemos que usted aprecia la vida y tiene una solución genial para reparar el pequeño error cometido... verdad? VERDAD??

Si, creo que el mensaje que debemos hacerle llegar es este. Todas las fangirls tenemos la katana ya afilada y estamos pendientes del desarrollo de los acontecimientos.

¿Lograran los mangakas salvar la vida?
¿Dibujar manga se convertira en un trabajo de riesgo?

Todo esto y mucho más en próximos episodios xD




23/4/09

Todo va bien...


Natsuki esperaba sentada en el sofá, leyendo tranquilamente en una ligera placa de plástico que sostenía entre las manos. El suave zumbido de las máquinas envolvía su lectura.
Sonó el timbre y con un suspiro dejó el libro de plástico a un lado. En la puerta estaba Margera. Era un hombre joven, de pelo oscuro y fríos ojos marrones.

—Pensé que ya no venías –saludó ella con calidez.

Él simplemente sonrió por respuesta.

—Ven, te quiero enseñar algo

Le guió hasta su habitación. Una vez allí bajó las persianas apretando un botón y quedaron a oscuras. Entonces, sobre la mesa surgió una débil luz que fue creciendo hasta tomar la forma de una flor. Ante ellos, la sólida imagen de una rosa blanca emitía un fulgor hipnótico.

—¿Qué te parece? —interrogó la dueña.

—Es hermosa pero... parece...

Él avanzó hasta la flor y extendió la mano hacia ella, atravesándola sin problemas.

—No es real —dictaminó ella.

Margera se volvió, desconcertado ante tal declaración.

—No es sólida pero está muy lograda, ¿qué esperabas de un holograma?

—No es real —repitió ella, con un deje de tristeza en la voz—. No la puedo tocar, oler, no está viva ni muerta. Esa flor no es real.

Sus palabras le confundieron, no lograba entender qué quería decir, adónde quería llegar.

—¿De qué hablas? Esas cosas ya no crecen de la nada como en el pasado. Vete al río a buscar, verás cómo no encuentras nada. Y te aseguro que un holograma es mucho mejor que esas guarrerías que crean en los laboratorios, son repugnantes.

—Los deshechos de la ciudad no son lo que yo entiendo por un río.

Él se estremeció, no le gustaba por dónde estaba llendo su amiga. Todo aquello empezaba a parecerse demasiado al discurso de uno de esos insufribles revolucionarios.
Tanta naturaleza y tanta tontería no llevaban a nada. ¿Acaso no se daban cuenta de que vivían la era del progreso? No era posible compatibilizar ambas cosas. El mundo era un lugar desagradable, que parecía rechazar la presencia humana. Les dejaba indefensos ante el peligroso sol, racaneaba la energía, producía terremotos que destruían ciudades, una horrible lluvia que quemaba la piel,... Era necesario dominarlo e imponerse si no querían perder todos los privilegios que habían logrado acumular.

—Mira por la ventana —ordenó él levantando las persianas de nuevo-. Tienes un cielo brillante, calles tranquilas y aire limpio. Vives en la zona alta de la ciudad, puedes tener todo lo que quieras. ¿Qué más pretendes pedir?

—¿A qué llamas cielo? ¿A una cúpula de plástico y cristal que nos aísla de todo lo demás? Antes, en el pasado, se pensaba en el cielo como un lugar al que las almas iban a descansar. ¿Imaginas mirar hacia arriba y poder ver todo eso?

—Ese cielo ya no existe, en cuanto pises fuera de la cúpula las radiaciones solares te achicharrarán. Y esas almas que dices... Al fin y al cabo tampoco se pueden oler, tocar o pesar, ¿no?

—Ellos tenían el paraíso —murmuró ella, sumida en el hilo de sus pensamientos— y nosotros tenemos una fría pared que hemos construido con nuestras propias manos. Pero ya no lo pensamos, no lo sentimos, así que no pasa nada, ¿no es así?

Natsuki suspiró, cerrando los ojos con gesto cansado. Cuando volvió a abrirlos una fría indiferencia se había apoderado de su rostro.

—Tal vez tengas razón... Sí, todo va bien.




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Image by ~ansilens

De nuevo hemos celebrado el concursete de relatos en el colegio y de nuevo salí elegida por la clase para participar ^^ Sin embargo este año el tema era "Planeta Tierra, cien años después" y a pesar de que me sentí tentanda de colarles algún rollo tipo sueño/premonición/visión/presentimiento/cuento de navidad sobre el horrible fin que nos estamos buscando nosotros mismos con tanta despreocupación medioambiental y tanta guarrería, al final decidí darle otro enfoque y creo que me quedó un poco metafisico n.n Pero la verdad es que estoy bastante contenta con el resultado (para ser 3 paginas a mano me quedo bastante conseguido comparado con las primeras versiones) y aunque no he ganado, me alegra ver que ha subido mucho el nivel. Sin embargo, estoy convencida de que la ganadora, una tal Wendy, no se merecía el premio, Raúl y Ana tenían muchísimo mejor nivel y másmolaban mucho >.<
Pero que se le va a hacer, suficiente con que siendo algo obligatorio y forzado se puedan obtener cosas buenas ^^

Espero que os guste a pesar de no ser a lo que os tengo acostumbrados.

PD: Debo añadir que los nombres están sacados de esta historia, uno de ellos mi personaje y el otro el de Kyon (mil perdones por robarte el nombre xD). Escribi el relato en Semana Santa, que basicamente consistió en Naruto y foro. El resultado fue que me vi incapaz de pensar nombres de cosecha propia y como llamarles Itachi y Sakura (por poner algo, que no se parecen mucho precisamente >.<) me parecía demasiado cantoso, opté por la otra posibilidad (a Shinichi no le pega el papel de tipo caca asi que al final me quedé con Marg lol)

bExotesss!

15/4/09

Amor


El ambiente estaba cargado, tan solo se respiraba humo y sudor. El suelo, cubierto de serrín y cigarrillos. Pero él era indiferente a todo esto, concentrado simplemente en el hielo de su whisky. Sacudió la ceniza de su cigarrillo en el suelo y volvió a echar una mirada aburrida hacia la puerta. No le gustaba aquel lugar. Había mugre por todas partes y las chicas apenas merecían una mirada. Unas cuantas mujeres entradas en años y carnes, que intentaban lucir mucho más de lo que tenían y una jovencita de uniforme, apenas una niña. Pero él no era de esos, se dijo. Suspiró, absorto de nuevo en el líquido dorado. Aquel lugar era un agujero de mala muerte, con prostitutas baratas y whisky de mierda.

El trabajo solía llevarle a vertederos de ese tipo, al fin y al cabo trabajaba con despojos. Se rió ante ese pensamiento. Estaba deseando salir de allí y volver a casa. Pensó en el fuego cálido y el sexo desenfrenado que le esperaban. Si, era un maravilloso plan. Tomó un trago de su vaso y arrugó el ceño con desagrado, aquello no podía ser más que meado.

Se abrió la puerta y por fin la vio aparecer. Como siempre, llegaba con retraso y como siempre, estaba impresionante. Llevaba un largo abrigo negro que disimulaba su espectacular figura, pero sus ojos, de un marrón muy común, brillaban con intensidad entre hebras de rojizo cabello. Llevaba los largos bucles pelirrojos entrelazados con hebras negras y plateadas en un extraño recogido y unas botas negras, de altísimos tacones, que asomaban por el bajo del abrigo. Incluso sin enseñar un solo centímetro de piel, aquella era la mujer que más le excitaba en todo el local. Quizá por su mirada feroz, quizá por las sinuosas curvas que sabía se escondían bajo la ropa. O quizá lo que le atraía era el hecho de ella se negase a abrirse de piernas para él.

—Hola, Amor —la saludó en un susurro cuando se aproximó lo suficiente.

Ella se quitó el abrigo con parsimonia y se sentó junto a él en la barra. Iba enfundada en un apretado corsé y unos ceñidos pantalones que se perdían en el interior de las botas, todo de un magnífico cuero negro que parecía moverse con ella. Él sonrió con perversidad. Sabía que le gustaba el cuero, pero también sabía que solo se vestía así para ocasiones especiales. La habían interrumpido en mitad de la fiesta, pensó, y eso significaba que iba a estar de muy mal humor.

—¿Te has dejado el látigo en casa? —la pinchó. Le encantaba enfadarla. Aquella mujer tenía el peor carácter que él hubiese conocido nunca.

—¿Te vas a beber eso? —preguntó ella, haciendo caso omiso de sus palabras—. Necesito beber algo.

—Te vas a envenenar— advirtió, mientras ella se llevaba el vaso a los labios—. En serio, si fueras un ser humano normal, no creo que tu cuerpo aguantase mucha mierda de esa.

—Afortunadamente no lo soy.

Dejó el vaso vacío frente a él y le arrancó el cigarrillo de entre los dedos. Él sacudió la cabeza, divertido, y encendió un nuevo cigarro que sacó de un bolsillo.

—¿Sabes que te daría un entero encantado, verdad?

—Me gusta más el que ha estado en tu boca —respondió ella, con voz sugerente.

—Si lo dijeras en serio, toda esa ropa no te duraría mucho puesta.

—Tienes suerte de que sea una broma, soy demasiado dominante —ella rió ante sus propias palabras —. Aunque me gustaría verte intentarlo, Camino.

—De momento aprecio este cuerpo, no quiero cambiar de cara tan pronto.

—Vaya, el horrible monstruo roba almas también tiene miedo de la dulce Amor. Qué cosas.

Él se encogió de hombros, indiferente. Llevaban demasiado tiempo trabajando juntos como para seguir reaccionando ante los ataques del otro. La rutina era un asco, cada día estaba más convencido. La miró en silencio mientras terminaba el cigarrillo de una última calada y lo dejaba caer al suelo. Observó el movimiento de su cabello, sus pechos prietos en un abrazo de cuero que se contoneaban con un ritmo regular, hipnótico. Y se perdió la kilométrica línea de sus piernas, imaginando la lechosa piel que se escondía bajo todo ese negro. Sacudió la cabeza en un intento por despejarse cuando la imagen de Amor, desnuda bajo él, se hizo demasiado sólida. Todo aquel querer y no poder se estaba convirtiendo en algo enfermizo, y lo peor era que estaba seguro de que ella deseaba verle perder el control. Igual que estaba seguro de que terminaría muerto si se le ocurría excederse en cualquier sentido. Al fin y al cabo se trataba de Amor.

—¿Empezamos ya? —inquirió ella, con un deje de maldad en su voz—. ¿O necesitas que llame a la colegiala?

—Vamos a terminar este maldito encargo. Tengo a las gemelas desnudas en casa.

—Pobrecillas, deben estar muy aburridas.

—Ya encontrarán algo que hacer.

—Entonces como mis chicos. A Kyo le gusta que les mire —rió, ante el recuerdo— tiene un punto perverso que me encanta.

—¿Porque quiere audiencia?

—No, por lo que hace cuando miro.

Por el brillo en sus ojos, prefirió dejar de preguntar. No se consideraba un tipo conservador, pero la idea de sexo duro que tenía Amor seguía dándole escalofríos de vez en cuando. Aquella mujer mantenía una siniestra cruzada contra el sexo masculino, seguramente por deformación profesional, pero aterradora al fin y al cabo. El trabajo les afectaba a todos. Pensó en Olvido, en Capricho, incluso Paz había terminado con un grave trastorno de personalidad. ¿Estaría él tan mal como los otros? Sin duda debería, era el que más razones tenía después de todo, pero él se encontraba perfectamente normal.

—¿Quién es el afortunado? —preguntó Camino, dejando de lado sus pensamientos.

—El del fondo. Ese cabrón se ensañó con ganas, voy a disfrutarlo mucho.

Él miró hacia donde señalaba y reconoció al tipo enseguida. Ya cuando había entrado en el bar apenas se mantenía en pie, no estaba muy seguro de que Amor pudiese desquitarse a gusto con él.

—Está como una cuba, tendrás suerte si se mantiene consciente.

Ella se encogió de hombros y con un suave contoneo de caderas se deslizó hasta le mesa en que se había desplomado el hombre. Camino afinó el oído, le encantaba escuchar las conversaciones de Amor con sus víctimas, era realmente divertido ver la cara de aquellos desgraciados.

—Hola hombretón —saludó ella con un ronroneo—, me llamo Amor.

Se sentó frente a él con un movimiento fluido. El cuero se ajustó a su figura y el corpiño se apretó, elevando sus pechos. El hombre, a pesar de estar prácticamente ciego por el alcohol, captó aquel detalle. Amor se dio cuenta de que su atención se había quedado en el generoso escote y se inclinó sobre la mesa lentamente, apretando sus pechos y regalándole una perspectiva mucho mejor para babear.

—Jo... José, soy José. —tartamudeó él, con voz pastosa.

—Lo sé, pero no esperaba encontrarte por aquí, José.

—¿Nos... nos conocemos?

Ella rió. Él apartó por primera vez la mirada de su escote e intentó centrar la vista en su rostro, buscando una cara conocida.

—En realidad no, pero tu mujer me ha hablado mucho de ti. Tenía ganas de conocerte, chico grande.

—¿Mujer? ¿Mi mujer?

—¿No sabes de qué te estoy hablando? Tú la sueles llamar zorra y pedazo de mierda, tal vez eso te diga algo.

—¿Quién eres? —preguntó él, empezando a ponerse nervioso.

Desde la barra, Camino sonrió con un nuevo whisky entre las manos.

—Ya te lo he dicho, cielo, mi nombre es Amor. Soy el Amor herido, el Amor humillado, el Amor vengativo.

José la observó con aspecto confundido. Tenía una mirada acuosa, miraba sin ver, y tampoco parecía estar lo suficientemente sobrio como para digerir tantas palabras seguidas.

—Tú... ¿eres amiga de Marta?

El rostro de Amor perdió ese toque seductor en un momento y se volvió de piedra. Camino se relamió, saboreando el momento de antemano. Oh, le encantaba cuando algún idiota conseguía enfadarla de verdad.

—Amigas, amigas. ¿Acaso le permites hacer amigas? —susurró con frialdad Amor—. Creí que era solo tuya, que solo tú la podías tener. No, no soy su amiga, a fuerza de golpes ella aprendió a callar. Saca los ojos de mi escote —ordenó, al ver que él se mantenía en silencio—. No eres lo suficiente hombre para tener siquiera derecho a mirar mi piel.

Aquellas palabras parecieron llegar hasta su agotado cerebro y José reaccionó.

—¿Qué...? Tú... ¡zorra! —balbuceó, atragantándose con las palabras—. No sabes de lo que estás hablando. ¿Quién te has creído que eres?

José se incorporó, haciendo intención de golpearla, pero ella fue más rápida. Cuando él se quiso dar cuenta, una fuerte tenaza de sus manos le aprisionaba el cuello, ahogándolo. Camino se apresuró a dejar caer parte de su encanto sobre ellos. Algunas personas en el local se volvieron hacia el alboroto, pero no vieron más que a un José borracho, inconsciente sobre la mesa.
Mientras, a salvo de miradas curiosas, Amor apretaba con fuerza la flácida piel de José, disfrutando cada uno de sus desesperados jadeos. Con un gran esfuerzo de voluntad, le soltó momentos antes de que perdiera la consciencia.

—No te atrevas a levantarme la mano. No a mí. Porque te juro que la próxima vez que pienses en herir a una mujer te la cortaré, ¿me oyes? Un mero pensamiento y allí estaré yo para darte tu merecido, escoria.

Había terror, odio y confusión en los ojos de él. Si no hubiese estado tan borracho seguramente habría sido más hábil al reaccionar, pero el alcohol había embotado sus sentidos demasiado. Camino seguía maravillado de que pudiera mantener los ojos abiertos, estaba convencido de que cualquiera hacía tiempo que habría caído en coma.
José se acercó una jarra que tenía cerca y bebió con parsimonia ante la mirada furiosa de Amor. Se limpió los labios con la manga y sonrió un instante antes de eructar en la cara de la mujer. Ella inspiró lentamente y se limpió unas babas que le habían salpicado la mejilla, mientras una sonrisa cruel transformaba su rostro. Camino se estremeció. En aquel momento Amor había dejado de ser bonita para convertirse en la personificación de todos los terrores de este mundo. Y aquel imbécil seguía riéndose en su cara.

—Ve a casa, José —ordenó ella, con voz sedosa—, ve con Marta.

Él se carcajeó con una risa estúpida y se dirigió a trompicones a la puerta. En ningún momento se planteó por qué obedecía a aquella desconocida ni fue consciente de lo que acababa de ocurrir. Simplemente, de pronto tuvo el imperioso deseo de volver a casa.

Camino vio, desconcertado, cómo Amor dejaba marchar a José. Ella se levantó con lentitud y se acercó hacia él, con un gesto cruel grabado en el rostro. ¿Qué se había perdido?
De pronto se escuchó un rechinar de frenos y un estruendoso golpe. Gritos. Todos salieron del bar en tropel, intentando averiguar lo ocurrido y dejándoles solos.

—¿Qué demonios...?

—El tráfico, creo —murmuró ella, con una amplia sonrisa.

Camino no necesitó nada más para entender.

—Joder, Amor, podrías haberlo hecho de otra forma —reprochó él—, es repugnante recolectar el alma de un maldito puré de sesos.

—Habría sido mucho peor si le hubiese llegado a poner las manos encima, te lo aseguro. Ese cabrón llevaba dando palizas a su mujer desde el mismo día de la boda, e incluso después de matarla siguió golpeando el cuerpo. ¿De veras esperabas que me ensuciase las manos con él?

Camino reconoció el odio que envenenaba la voz de Amor. ¿Cuántos siglos llevaba vengando almas destrozadas? El Amor vengativo, había dicho. Sí, le parecía un nombre bastante acertado. Suspiró cansinamente, aquella mujer, por muy poco humana que fuese, había quedado enferma de rencor y odio para siempre. Y de nuevo le surgió la duda de si él mismo también se habría visto afectado por sus quehaceres. Una eternidad extrayendo las almas de los cadáveres no debería haberle dejado indiferente.
Con repugnancia y oculto bajo un encanto que le evitaba miradas ajenas, hurgó entre los restos todavía calientes de José hasta encontrar lo que buscaba. Lanzó el pequeño fragmento de hueso que acababa de conseguir a un pequeño saquillo que colgaba de su cadera. En él guardaba siempre un pedazo de cada alma que guiaba, era su propio baúl de los recuerdos.

Se frotó la nariz con la manga para limpiar unas gotitas de sangre que habían salpicado, decidiendo que el trabajo no le había afectado. No, él era el único que todavía estaba cuerdo. Y con esta nueva determinación se puso manos a la obra, todavía le quedaba trabajo que hacer con el alma de aquel desgraciado.



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Image by B3NN3TT

Esta vez me he puesto algo más morbosilla de lo habitual pero la verdad es que este relatillo me gusta bastante. Llevaba tiempo dandole vueltas en la cabeza a la imagen de un ángel de la muerte, un espíritu vengativo y lleno de odio, y este ha sido el resultado.

Espero que os guste a vosotros también ^w^

5/4/09

Argghh..

La otra tarde estaba yo alegremente cuando aparecio el anuncio de Dragonball Evolution por algun sitio. Se me cayo el alma a los pies y busque apoyo en Mew y Kyon para no sentir que soy la unica a la que horroriza ESO. Me sorprendio que ninguno de los dos hubiera visto el trailer, asi que a raiz de eso he decidido hacer un post horripilus. A las personas sensibles les recomiendo que cierren esta ventana antes de sufrir daños irreversibles.

Video Horriplus 1#



Esto es mutilar, retorcer y destruir con mucho, mucho ensañamiento un clasico, una gran obra que ha marcado una epoca. Solo hay que ver a Goku. El chico siempre ha derrochado poderio, imponia respeto y hasta era achuchable de pequeñin, pero ahora... ahora es un tío con una pelota brillante. Lo siento pero la imagen me parece un chiste u.u"


Video Horripilus 2#

Se que este apartado probablemente me cueste el linchamiento de alguna fangirl y se que es muy arriesgado teniendo en cuenta que conozco a más de una y saben donde vivo... pero que carajo, el horror me nubla la mente.



¿Lo peor de todo? Que fui a verla. Si, me deje engañar vilmente y termine encerrada en el cine durante casi dos horas, ahora me rei mucho. Hay escenas completamente ilógicas (desde cuando botan las manzanas en el suelo?), frases que pretenden tener estilo y dejarte impresionada y solo consiguen dejarte con la risa floja, chicos-feto que quieren creerse playboys... En fin, una cosa maravillosa.
Aunque creo que me rei aun más cuando leí una entrevista a la directora en la que la mujer aseguraba haber plasmado la tensión sexual a la perfección... Ja! Apenas hay tensión sexual en el libro (frases empalagosas si, de eso sobra), pero es que en la pelicula ni tan siquiera te la puedes imaginar. Largas miradas insustanciales en las que enfocan las lentillas del chaval (juro que vi el borde de las lentillas mas de una vez >.<) no equivalen a tensión sexual, estimada señora directora. Y a pesar de todo, es posible que esto no haya sido suficientemente malo. No, esta gente que parece carecer de cualquier tipo de sentido del gusto o de la compasión, pretende continuar a lo suyo. Si, es lo que os estais temiendo: vienen más. Aunque esta vez no me pillarán desprevenida, no volveré a caer en el error de pisar el cine mientras lo emitan.

Video Horripilus 3#


Este es el más horrible y aterrador de los tres, por eso he decidido dejarlo para el final. ¿Y qué puede tener para ser incluso peor que los dos anteriores juntos? Os preguntareis. Bien, simple y llanamente, lo horripilus de este video es que es real.



Cosas asi son las que nos hacen parecer a los frikis unos obsesos y unos enfermos. Verguenza y susto, mucho susto, eso es lo que senti yo. ¿Cómo diablos se supone que hay que reaccionar ante esto?