8/2/08

Muñeca de Trapo (parte I)

Laura despertó dolorida y extenuada entre sábanas húmedas. Recordaba perfectamente lo ocurrido la noche anterior, lo mismo que la anterior y la anterior y la anterior,... Remontándose a un tiempo en el que era demasiado pequeña como para creer en la existencia de tanto odio junto. Se levantó con dificultad, apenas podía moverse sin sentir que se desgarraría por dentro. Quitó las sabanas llenas de sangre y fue al baño a lavarse. Se atrevió a meterse en la ducha, pues él se había ido, como cada mañana la dejaba sola, encerrada en el piso mientras iba a trabajar. Dejó que el agua caliente cayera sobre su rostro y limpiase su cuerpo de cualquier rastro de su presencia. El cálido líquido se deslizaba por su piel, acariciándola con suavidad y calmando el dolor.


Cuando salió se observó con asco en el espejo. Se veía pequeña y frágil, no era muy alta y su extrema delgadez, fruto de palizas y una mala alimentación hacían que pareciera a punto de romperse. Había tenido una piel muy pálida y sensible, en la que los golpes aparecían con alarmante facilidad, ahora estaba toda amoratada e hinchada. El largo cabello negro caía en suaves ondas por su espalda casi hasta su cintura y un largo flequillo ocultaba unos grandes ojos azules, llenos de tristeza. Parecía una muñeca, débil y enclenque, incapaz de defenderse, y sabía que en realidad era así. Jamás tendría la fuerza suficiente para enfrentarse al hombre que cada día la torturaba hasta dejarla medio muerta. Se estremeció al pensar la de horrores que sufriría antes de poder abandonarse al dulce abrazo de la muerte. Se observó las muñecas con nostalgia y recorrió con la yema de los dedos las delicadas cicatrices que las atravesaban. Un corte limpio en cada muñeca, no le había temblado el pulso al apretar la cuchilla contra la piel. Había sido apenas un año atrás, la fecha de su decimoquinto cumpleaños, había decidido abandonar y durante unos instantes creyó haberlo conseguido. Durante unos segundos se sintió en calma, en paz, se sintió libre; pero en urgencias eran muy eficientes y la habían devuelto a la vida. Cuando le dieron el alta, el castigo fue terrible. Eso era lo único que la disuadía de volver a intentarlo, una y otra vez, hasta conseguirlo. El miedo. El mismo miedo que la mantenía presa en aquel piso, en aquella condena, era el único lazo con la vida que le quedaba.




>>Solo espero que lo sintais segun vais leyendo.

bExotessss

2 comentarios:

t0ki0h0t31 dijo...

juder tia, me he quedao O.O cuando lo he leido.
¿te está pasando eso a ti o algo?
normalmente, lo que se escribe, es lo que nos está pasando o lo que deseamos que nos pase. Normalmente. Pero de verdad, me he quedao temblando... Ad+, que se llame Laura, que justo en su cumple se haya intentao cortar las venas (menos mal que no con un folio...) me da que pensar.

En fin, de toas maneras, cuando lei el otro dia lo de "Odio" me quede tb flipando. Se notaba que tabas un pokito cabreada ese dia. Pero tia, fuera del contexto me quede O.O ota ves. Por lo bien que escribes... juer, a la vez que lo iba leyendo, me parecía que es como si me estuviera leyendo un caxo de una autora superimportante... y eras tu...

:p enfin, solo eso.

Muxos bsts! Wapixima! sigue asi!

Niwa dijo...

No te preocupes pequeño saltamontes este relato lo escribi hace un par de años en uno de mis momentos de crisis asi que no tiene nada que ver contigo xD
Asias por los animos y ademas aprovecho pa agradecerte el scaner jeje que no habria cactus sin ti (aplausos por favor)