10/10/10

Esclavas de una mentira

Belleza. Un término interesante, ¿no creéis? Es una característica que va más allá de sexos o personas, incluso. Podemos descubrir belleza en un amigo, en un libro, en un paisaje,... Creo que eso es algo que nadie me discutirá.

Sin embargo, cuando la belleza se le atribuye a una mujer, tenemos tendencia a mezclarlo con la idea de feminidad, y todo esto, lo confundimos con el concepto de género. Un lío de narices, vaya.

La belleza de una mujer es su feminidad, y a su vez, su feminidad es su belleza. Es algo que se nos inculca desde el seno materno, que corre por nuestras venas y de lo que no somos ni siquiera conscientes muchas veces.
Faldas, maquillaje, elaborados peinados, depilación, tacones,... Todo esto marca y define la feminidad de una mujer. Y el problema ya no es sentirse más o menos guapa en función de lo que lleves puesto, si no sentirte más o menos mujer.

Tradicionalmente, las mujeres tenemos que estar guapas y calladitas. Somos un adorno más, así que cuanto más luzcamos, mejor. No importa lo que digamos, lo que queramos o pensemos, lo único relevante es nuestro aspecto exterior.
De alguna forma, en mayor o menor cantidad, a todas se nos ha inculcado, nos hayamos dado cuenta o no, el hecho de que ser mujer significa estar guapa. Los tacones, por ejemplo, son "cosa de chicas", algo que habitualmente nos pertenece solo a nosotras y también nos define.
Si no te esfuerzas lo suficiente en reproducir la belleza que está de moda en un determinado momento no eres suficientemente femenina, y por tanto, mujer. Quedas reducida a ser una marimacho asexuada, muchas veces también con el cartelito de lesbiana.

Ya entraré en otro momento en esos ridículos tópicos de que las lesbianas son todas unas marimachos que querrían ser hombres. De momento, pensad en lo absurdo que resulta relacionar belleza con género.

Yo no me pongo tacones más que en momentos excepcionales y tampoco se me reconoce por el maquillaje que uso. Me gustan los pantalones y las camisetas anchas, unisex, con el nombre de un grupo o un mensaje interesante. Mi cuerpo tiene unas curvas que, ateniéndonos a los anoréxicos patrones de belleza actuales, son totalmente antiestéticas, y si un día salgo de casa con pelos en las piernas, no se acaba el mundo, ni siquiera se tambalea lo más mínimo. Maldigo e insulto cuando me enfado, y si hace falta me lío a guantazos.

Técnicamente, me faltan belleza y feminidad por todas partes, pero puedo aseguraros que mis tetas siguen en su sitio y entre las piernas no me ha crecido ningún cuerpo extraño. Sigo siendo mujer, palabra. Y por curioso que parezca, me gusta mi cuerpo y mi estética, me siento a gusto con ellas.

Así que vamos, todas y cada una de nosotras, a romper de una vez con esta mentira que nos han enseñado a creer. Porque los tacones, las faldas y el rimmel no nos hacen ni más mujeres ni más poderosas.
Tal vez el contoneo de unas caderas enfundadas en una falda ajustada y subidas a unos tacones de siete centímetros capten miradas y atrapen la atención de una manera hipnótica. Tal vez un escote capte atenciones como ningún discurso puede hacerlo.  Tal vez.
Pero no nos engañemos, a la hora de correr para salvar el pellejo, la falda y los tacones son una muerte segura. A la hora de la verdad, la que consigue su objetivo no es la más guapa, si no la que está dispuesta a luchar por ello con uñas y dientes.
Estos "atributos femeninos" no nos dan ninguna ventaja, son un maldito obstáculo que nos marcan como el sexo débil.

Y no me entendáis mal, no tengo nada en contra de que una mujer quiera arreglarse y adornarse cuanto pueda. Mi problema surge en el momento en que se siente mejor, más fuerte o simplemente, más mujer, por ir arreglada. En el instante en que arreglarse se convierte en una necesidad y una obligación inherente a su ser. 
Entonces, nos convertimos en esclavas de lo que nosotras mismas nos enseñamos.

2 comentarios:

Charlie D. dijo...

Tienes toda la razón, qué narices, aplaudo y reverencio tu post, porque de verdad has dejado claras un par de cosas muy interesantes.

A todas nos educan con la obligación de "ser guapas", y lo pongo entre comillas porque el concepto de belleza es tan absurdo como la moda (y como ella cambia con el tiempo). Ese "sé guapa porque de lo contrario no eres mujer" pesa sobre nosotras como una losa, o mejor dicho, una fría lápida que mata nuestro intelecto y nuestra verdadera esencia (en el caso en que se lo permitamos...).

Ahora bien, como mujer, yo estoy segura de un par de cosas: la belleza no está en el maquillaje, la ropa y los adornos externos. Pueden ser bonitos en un momento, pero se olvidan al siguiente. La belleza es otra historia, vaya, y creo que sobre pasa un poco los límites de lo físico (ya sabes, como esas chicas/os monas/os que en el momento que abren la boca... pierden todo su interés). Además, es tan subjetiva... Por otro lado, si de una puñetera vez nos olvidáramos de ser unos objetos de decoración y apostáramos realmente por nosotras mismas, las cosas cambiaran. Y mucho. Por eso, desde aquí quiero reivindicar las curvas, la ropa comonossalgadelasnarices, el zapato plano y supercómodo (a prueba de supervivencia jajaja) la cara limpia y punto (el maquillaje más favorecedor y sencillo) y no a la maldita depilación... joer, como la odio. Por un par de pelillos suaves que nos crecen, (nada que ver con los chicos)... a mí desde luego no me molestan ni en mí ni en ninguna otra chica (ni chico, por supuesto).

No somos el sexo débil. Y cuanto más nos concienciemos entre nosotras, mejor. Porque creo que somos quienes nos marcamos (y seguimos ciegamente) las absurdas modas, en vez de luchar por nosotras. Y ya va siendo hora de cambiar esto...

Sarah dijo...

Hola! Aunque tú no te lo creas llevo intentando ponerte este comentario muchísimo tiempo, pero las circunstancias del destino han querido que te lo ponga cuando estoy en tu casa... Así que si quieres comentarios, ya sabes, habrá que invitar a Sarah más veces a tu casa, solo si quieres comentarios claro.

De nuevo amén a todo lo que dices, y en especial a lo de la belleza. Aunque, a pesar de lo que digas, tú eres poseedora de una belleza de otro planeta, con esos ojos maravillosos. Yo también poseeo esa belleza natural, algún día seremos las musas del mundo entero.
También ya que estoy, aunque te lo he dicho antes, me ha gustado mucho el anuncio sobre la sexualidad y todo eso. Muy bien traído, la verdad.

Bueno, la que escribe eres tú, así que deja de explotarnos a los demás y trabaja tú, hum.

Un beso!

PD:Espero seguir comentándote, porque me gusta.
PD2: La perrita más guapa es Summer, bueno y Mandala...