29/7/10

FANCIONARIO, el diccionario del fan

Muchas veces en las conversaciones surgen términos que no todos controlamos y muchas veces, también ocurre que la gente, sin tener muy claro el significado de dichos términos, los utiliza en sus conversaciones. Esto se puede ver sobretodo en foros y webs, donde muchas veces abundan los frikinicismos (¡ni frikis ni tecnicismos, son los frikinicismos!) que solo entienden dos pero todos usan.

En el mundo del manganime, los fanfics y fanarts hay un amplio surtido de términos retorcidos y enrevesados con los que podréis parecer más listos y cultivados ante vuestros amigos frikis. Para que podáis fardar alegremente o simplemente no sentiros incómodos en alguno de esos momentos en que los todos parecen hablar en su propio código secreto, os traigo...



EL FANCIONARIO DE LOS FRIKINICISMOS

·FANDOM: Fusión de fan y kingdom, podríamos traducirlo como Reino de los fans. Por decirlo de alguna manera, es el tema, la historia, el juego, el cómic,... del que se es fan. Star Trek sería un fandom, Death Note otro y El Señor de los anillos, otro distinto.

·SHIPPER: Fan de una pareja en concreto, por ejemplo, LaviKanda, DraMione o BrianJustin.

· FANFICTION o FANFIC: Relato escrito por un fan basado o en realción a la historia creada por otra persona. Por ejemplo, Whisky de Fuego es un fanfic de la saga Harry Potter.

·FANART: Dibujo realizado por un fan, basado o en relación a la historia creada por otra persona. Por ejemplo, los dibujos que nicholina hizo del ShiniNatsu son fanarts de Tras la Batalla.

·CANNON: La historia, personajes y situaciones originales en que se basan los relatos o dibujos.


Hablando de... FanFictions




·ONESHOT: Relato de más de 1000 palabras y un solo capítulo.

·DRABBLE: Relato corto, de unas 100 palabras.

·VIÑETA: Relato de entre 500 y 1000 palabras, que no llega a considerarse OneShot.

·CROSSOVER: Relato que mezcla dos fandoms distintos.

·UA: Universo Alternativo, es decir, los personajes están sacados de su entorno original y se encuentran en un escenario escogido por el fan.

·PWP: Plot? What Plot? Es un relato sin argumento.

·EWE: Epilogue? What Epilogue? Son relatos que se desarrollan tras el fin de la trama original y no tienen en cuenta este final, por ejemplo, resucitando a personajes ya muertos o alterando los hechos.

·OOC: Out of Character, los personajes (o alguno de ellos) no se comportan de acuerdo a su carácter y personalidad originales.

·OC: Other Character, personaje inventado por el fan que no pertenece al fandom original.

·POV: Point Of View, se narra desde el punto de vista de uno de los personajes.

·MARY SUE/GARY SUE: Un personaje masculino (Gary) o femenino (Mary) ideal, perfecto y maravilloso en todos los sentidos inimaginables, creado por el fan e introducido en el fandom o resultado de modificar uno de los originales. Estos personajes reúnen todas las cualidades positivas posibles y siempre salen airosos de cualquier situación.

·BASHING: Relato en el que se maltrata a uno de los personajes.

·M-PREG: Relato que contiene un embarazo masculino

·SLASH/FEMMESLASH: Relato que contiene alguna relación homosexual.

·LEMMON: Relato con contenido sexual explícito.


Hablando de... Manga


·TANKOUBON: Edición especial de un manga. Es el volúmen recopilatorio de una serie, que además tiene algún extra como artículos o diseños especiales, pero suele mantener un formato de bolsillo y pasta blanda.

·KANZENBAN: Edición especial de un manga. Es el volúmen de una serie de éxito que se reedita en un formato más elaborado. Puede ser de mayor tamaño, tener papel de mejor calidad, coloreados, portadas con relieves o bajorelieves,... Kanzenban es, por ejemplo, la nueva edición de Ruroni Kenshin.

·DOUJINSHI: Manga dibujado por un aficionado con una historia original, parodiando o basándose en algún fandom. Algunos autores realizan doujinshis de sus propias obras, en ese caso los hechos se situan fuera del arco argumental "oficial" y suelen ser publicados en ediciones de muy poca tirada. De este tipo es, por ejemplo, Gravitation Remix, de la propia autora de Gravitation, que realizó este doujinshi para incluir el hentai que había eliminado de la publicación oficial del manga.

·SHONNEN: Se entiende como "manga para chicos". Suele tener una temática llena de aventuras y peleas, como por ejemplo, Naruto, One Piece o Dragon Ball.

·SHOJO: Versión femenina del shonnen. Suele ser de temática romántica, siempre con relaciones muy idealizadas. Tenemos, por ejemplo, Fruits Basket, Full Moon.

·SEINNEN: Shonnen dirigido a un público de mayor edad. Suele poseer tramas más adultas, muchas veces con carga política, así como sexo y violencia. En este grupo encontramos series como Monster o La Espada del Inmortal.

·JOSEI: Versión adulta del shojo, equivalente al seinnen. Tiene argumentos más realistas y suele tratar el día a día de mujeres adultas o universitarias (las protagonistas ya no son niñas), muchas veces conservan una temática romántica heredada del shojo, pero presenta relaciones más adultas y menos idealizadas. Aquí encontramos Nana o Paradise Kiss.

YAOI/ YURI: De temática romántica, trata una relación homosexual (yaoi entre chicos y yuri entre chicas), y contiene alguna escena de sexo explícito. Como ejemplos tenemos Junjou Romantica o Strawberry Panic!

SEME - UKE: Términos empleados para designar a los miembros tipo de una pareja yaoi. El seme es el miembro más dominante, toma la iniciativa en las relaciones sexuales y es la parte activa; de alguna forma, lleva las riendas de la relación. El uke es el miembro sumiso y pasivo en las relaciones sexuales, suele tener un aspecto más delicado o ser más pequeño y menos corpulento que el seme.

SUKE: Personaje que, en una relación yaoi, puede actuar tanto en papel de seme como de uke.

TACHI - NEKO: Términos empleados para designar a los miembros tipo de una pareja yuri. La tachi es equivalente al seme, más dominante y fuerte, aunque no por ello pirde su feminidad o belleza. La neko es más sumisa y delicada, más tímida, y tiene una personalidad más débil.

·HENTAI/ECCHI: Posee una importante carga erótica y pornográfica. En occidente, se considera ecchi al manganime con contenido menos explícito, en el que simplemente se insinua muy notoriamente el contenido sexual. En este grupo está, entre otros muchos, Angel Dust.




-------------------------------------

Y de momento, aquí terminamos. El fancionario, por supuesto, estará en permanente construcción y según tenga ganas y tiempo iré añadiendo nuevos términos. Si se os ocurre alguna palabra que creáis debería añadir, no dudéis en decírmelo, estaré encantada de hacerlo.

22/7/10

Estocada

*Este relato contiene escenas LEMMON O LIME, DE CONTENIDO SEXUAL.



Estocada. Estocada. Finta, estocada y paso atrás. Suspiraron ambos a la vez, profundamente aburridos, y como si hubiera sido la señal que esperaban, se lanzaron el uno contra el otro, olvidándose de todo lo demás. No les importó que hubiera más gente en el patio de entrenamiento, las quejas que se despertaron a su alrededor, ni los cada vez más efusivos gritos de ánimo para Walker. Estaban luchando.

Kanda era mucho más veloz y tenía una técnica impecable. Sus movimientos eran fluidos, imparables, letales. Giraba y se deslizaba alrededor de Allen sin que este pudiera hacer nada para seguirle, pero eso no tenía importancia. Aunque no supiese mucho de espadas, aquel arma era una extensión de sí mismo. Detenía los golpes por instinto, golpeaba una y otra vez las defensas del moreno, con cabezonería, sin desfallecer.
Y entonces pasó. Allen encontró un punto por el que atacar, quebrando la defensa inquebrantable, y sin pensárselo dos veces, se lanzó a por Kanda. Con un brusco movimiento en el último momento, el moreno esquivó el ataque y cayó sobre Allen, golpeándole el brazo sin piedad. La espada voló entre los dedos del chico, acompañada de un quejido ahogado. Le había hecho daño.

—¡No te pases! —se quejó Allen, frotándose la zona magullada.

—Llámame la próxima vez que quieras recibir una paliza, moyashi —espetó Kanda, marchándose de allí sin esperar a que la gente pudiese agruparse a su alrededor.

Allen hizo intención de seguirle, pero una preocupada Lenalee se lanzó sobre él impidiéndoselo. Y entonces quedó atrapado por una pequeña multitud emocionada por el enfrentamiento.




Bajo el intenso chorro, con las manos apoyadas en la pared y la cabeza gacha, el agua caliente caía con fuerza sobre su espalda, relajando poco a poco sus músculos y su expresión. Le gustaba sentir la quemazón en la piel y saber que todos los cristales estarían empañados cuando saliese de la estrecha cabina. De alguna forma, no verse reflejado le daba una relajante sensación de aislamiento.

Y de pronto, un suave chasquido perturbó su calma. Un chasquido como el que haría una puerta al abrirse. Prestó atención unos segundos y aunque no fue capaz de oír nada extraño, la magia se había roto. Con un gruñido de enfado, cerró el grifo.

Terminaba de enrollarse una suave toalla a la cintura cuando el chasquido se repitió y Allen Walker entró en las duchas.

—¡Lavi! —sonrió, sorprendido al descubrir al pelirrojo— ¿Me has visto en el patio? ¡He estado a punto de vencer a Kanda!

Una vez más, el joven Bookman enrojeció al sentir que le habían pillado con las manos en la masa. Por supuesto que le había visto. Había observado sus burdos movimientos, que detenían a Mugen con una eficacia sorprendente; su cuerpo en tensión y su rostro contraído, concentrado en adelantarse a los golpes del rival; la forma en que fruncía el ceño y el pelo golpeba su frente empapándose de sudor. Oh, sí, como siempre, Lavi había estado atento a cada pequeño detalle. Al fin y al cabo era un Bookman y su papel era observar. Pero eso era algo que jamás podría admitir en voz alta, después de todo, también se había percatado de la forma, casi compulsiva, en que el joven exorcista buscaba a Lenalee con la mirada.

—No, lo siento, yo… —Lavi vaciló un instante, pensando qué excusa inventar para ocultar su vergüenza—. Estaba haciendo cosas con el panda, no pude acercarme a mirar.

—No pasa nada, la próxima vez pienso vencer a Kanda y así podrás verlo, ¿vale?

Lavi asintió con una sonrisa estúpida, convencido de que diría que sí a cualquier cosa que él dijese. No sería la primera vez que se dejaba liar en alguna estúpida aventura, empujado por la fantasía de poder ganar su corazón aunque no fuese nada más que por insistencia. Pero era difícil ser uno mismo en su presencia, era difícil sonreír con naturalidad y verle marchar con Lenalee.
Tenía que dejar de pensar en Allen, decidió, una vez más. Empezar a verle como un simple compañero, tratarle como trataba a todos los demás. No, mejor aún, tendría que escuchar las palabras del viejo panda y aprender a tratarles a todos como mero objeto de estudio. Así no importaría en la habitación de quién durmiese Allen Walker.

-Oh, por cierto, ¿has visto una toalla azul y blanca? —preguntó el chico, sonrojándose ligeramente al hablar—. Lenalee se la dejó aquí esta mañana.

Demasiada información, pensó Lavi. Realmente no tenía ninguna gana de saber qué hacía la chica en las duchas masculinas y mucho menos por qué sabía Allen que había estado allí. Oh, no, no necesitaba que nadie le diese más pistas.

—Aquí no hay nada —cortó rápidamente, antes de que el exorcista empezase a pasear por los baños.

—¿Seguro? Bueno, de todas formas voy a echar un vistazo.

Sin que él pudiese hacer nada para evitarlo, Allen empezó a pasearse calmadamente por los baños, buscando con cuidado, como si esperase que la toalla fuese a aparecer debajo de algún azulejo en cualquier momento. Lavi se recogió en un rincón, dejándole el paso libre, temeroso de ponerse en su camino. En aquel momento, era demasiado consciente de su desnudez y la privacidad que ofrecía el cuarto de baño. Su cuerpo reaccionó inmediatamente, endureciéndose bajo la toalla ante la idea de poder arrinconar al chico entre el vapor. La prominencia bajo el suave algodón era ridículamente evidente y cuando Allen se acercó a su rincón, se dio la vuelta en un impulso desesperado. No podía permitir que le viese así.
Imbécil, pensó, eres un jodido imbécil, Lavi. Y es que al notar la presencia del chico a su espalda, al sentir su mano sobre su hombro, sus cuerpos tan malditamente cerca el uno del otro, creyó que se moriría de excitación. Aquello se parecía demasiado a cualquiera de sus sucias fantasías. Tan solo un poquito más cerca, tan solo un par de prendas menos…

— ¿Estás bien?

Su voz sonó contra su oído. Demasiado cerca, demasiado íntimo. Lavi se maravilló de que la toalla se mantuviese en su sitio.

—Sí… —articuló, con voz tensa, más grave de lo normal—. Sí, estoy estupendamente. Ve con Lenalee, anda.

La necesidad de refugiarse en una de las cabinas de las duchas y arreglar el problema que crecía entre sus piernas era demasiado urgente. Y si Allen no desaparecía de allí en seguida, estaba dispuesto a pedirle una mano para ayudarse. Oh, sí, eso le estaría bien merecido por ir provocando a la gente. La culpa sería suya y solo suya por meterse en el cuarto de baño mientras los demás se duchaban. Afortunadamente el chico no tardó más de dos segundos en decidirse y desaparecer, dejando a Lavi hundido y excitado.

—Mierda… —masculló el pelirrojo, encaminándose a una de las duchas—. Eso ha sido genial, sencillamente genial. Podría haberme puesto a dar saltitos a su alrededor como un monito babeante y habría sido mucho menos patético.

—Estoy de acuerdo —comentó una voz a su espalda.

Una voz seria y grave, con un ácido tono de sorna que le puso la piel de gallina. Una voz inconfundible, con nombre propio: Yuu Kanda.

—Yuu… —el horror teñía la voz de Lavi. Si el otro no había presenciado la ridícula escena al completo, su erección, que por fin empezaba a desaparecer, era más que suficiente para dejar al descubierto su pequeño secreto—. ¿Cuánto… ¿Cuánto tiempo llevas ahí?

—El suficiente para haberte visto babear ante ese estúpido moyashi.

Como si la vergüenza no hubiese sido suficiente, tenía que aparecer Kanda. Una pesadilla, decidió Lavi, aquello tenía que ser una maldita pesadilla.
Aún así, no se apartó cuando Kanda avanzó hacia él con paso firme y resuelto. Una pequeña parte de él se alegraba de haber sido descubierto y poder dejar de ocultarse a sí mismo de una vez por todas. No esperaba que le rechazasen ni le tratasen como a un paria, esa no era la razón de su silencio, simplemente resultaba demasiado embarazoso, demasiado comprometido. Al fin y al cabo era un Bookman, y los Bookman debían limitarse a observar y recordar, no compartían sus intimidades con el objeto de su estudio.

—Cada día estoy más convencido la estupidez de ese maldito medio albino —siguió Kanda, cerniéndose sobre el pelirrojo.

El exorcista avanzaba y Lavi empezó a retroceder, sintiéndose vulnerable y desconcertado. El chico todavía llevaba la camiseta y los pantalones con que había estado entrenando. Aquella camiseta se ajustaba demasiado a su cuerpo, pensó Lavi. La forma en que la tela se abrazaba a su estómago, permitiendo imaginar la forma de sus abdominales era casi soez. Y oh, el hecho de que no tuviese mangas era ya el cúlmen de la provocación. Dejar a la vista esos bíceps, que se dibujaban suavemente bajo su piel… Sí, sin duda un comportamiento reprobable.
Y es que, a pesar de que fuese Allen el que se hubiese hecho dueño de sus sueños en los últimos meses, Lavi no se había vuelto ciego y durante muchos años, Kanda había sido un interesante tema de estudio. Oh, sí, antes de que Allen llegase a la Congregación de la Sombra, había sido el moreno quien poblaba su más oscuras fantasías. Y todavía lo seguía haciendo, recordó Lavi, con un leve sonrojo.

—Sin embargo, hay que reconocer que tiene un efecto muy interesante sobre ti, usagi —masculló Kanda, cortando sus pensamientos.

Lavi notó la pared contra su espalda y se supo cazado, arrinconado por un imponente predador de melena azabache. El chico se detuvo apenas a un paso de él, con una sonrisa entre pícara y maliciosa que Lavi jamás había visto en su rostro. Con un fluido movimiento se deshizo de la goma que recogía su pelo, que cayó en una suave cascada sobre sus hombros, y se quitó la camiseta, descubriendo un cuerpo perfectamente formado. Con cuidado de mantener la distancia entre ambos, levantó los brazos y colocó las manos a ambos lados de la cabeza del pelirrojo, atrapándole contra la pared, borrando cualquier posibilidad de huída.
Definitivamente aquello tenía que ser un sueño, pensó Lavi, quizás ya no mereciese el nombre de pesadilla, pero sin ninguna duda, no podía ser real. Se negaba a creer que Yuu Kanda, el frío, el impasible, se plantase ante él como recién salido de alguna sucia fantasía erótica.

—No sé de qué me hablas.

—Oh, ya lo creo que sí. Ambos sabemos lo que piensas cuando ese estúpido moyashi está
cerca— murmuró Kanda, aferrando su erección, de nuevo inmensa.

Lavi se estremeció ante el contacto y creyó que le fallarían la piernas cuando el chico apretó suavemente. Un sueño, se repitió una y otra vez, intentando pensar en otra que no fuese aquella maravillosa mano sosteniéndole y… Oh, mierda, deslizándose entre los pliegues de la toalla hasta que nada se interpuso entre piel y piel.

— ¿Qué diablos…

—Ya no me miras como antes, Lavi. No pongas esa cara, claro que lo sabía, siempre lo supe. ¿Por quién me has tomado?

Acarició su longitud sin dejar de mirarle a los ojos, remarcando su posición. Lavi sentía bullir todo su cuerpo y la cabeza le daba vueltas. Aquello era el maldito sueño caliente más vívido que jamás había tenido. La pared y los fríos azulejos parecían el único vínculo con la realidad que le quedaba; todo lo demás ardía, todo lo demás era sexo. Había dejado de existir cualquier cosa no fuese Yuu Kanda y sus mágicas manos.

—He venido a recuperar lo que es mío. El moyashi ha elegido a doña coletitas, así que olvídale de una vez y vuelve a mirarme a mí.

De pronto, Kanda le soltó y antes de que pudiese darse cuenta de lo que sucedía, sus manos, ahora firmes sobre sus hombros, le obligaron a darse la vuelta contra la pared. Con un suave tirón, le quitó la toalla, lanzándola lejos, y se estrechó contra la piel desnuda de Lavi.
El pelirrojo era perfectamente consciente del roce áspero de los pantalones y la cálida suavidad de su piel; de los negros mechones que, como seda, acariciaban su espalda; de la dura erección que empujaba contra su trasero.
Sentía la calidez de su respiración en el cuello y no pudo evitar inclinar la cabeza hacia atrás, buscando el contacto de los labios del chico. Casi pudo escuchar una risita antes de que Kanda deslizase su lengua, ardiente y húmeda, a lo largo de su cuello.

El moreno saboreó la piel del Bookman, sintiendo una especie de liberación ante el contacto. Hundió la nariz entre sus cabellos pelirrojos y mordisqueó con suavidad su oreja, recreándose en las sensaciones que los estremecimientos del otro chico provocaban en él.

Había imaginado aquel momento muchas veces, pero, sin ninguna duda, estaba resultando infinitamente mejor de lo que jamás podría haber pensado. Desde que Allen Walter había llegado a la Congregación de la Sombra, robándole la atención del joven Bookman, le había detestado. Inmediatamente había decidido tomar cartas en el asunto y, o bien deshacerse de Walker, o bien recuperar a Lavi para sí mismo. Ya que Komui parecía apreciar bastante la vida del chico, al final tuvo que decantarse por la segunda opción, pero no había decidido qué hacer exactamente hasta aquel mismo momento. Presenciar aquella patética exhibición había sido la gota que colmaba el vaso.

Lavi apoyaba las manos firmemente contra la pared, desesperado por mantener algún tipo de apoyo para evitar caerse. Los labios y la lengua de Kanda trabajaban calmadamente sobre su espalda, haciéndole estremecerse de arriba a abajo. Ahora lamía su cuello, ahora mordisqueaba su clavícula.
Las manos del moreno habían vuelto a deslizarse sobre su cuerpo. Una de ellas se mantenía firme sobre su vientre, acariciando la piel de su estómago y manteniendo sus cuerpos tan pegados que casi podrían fundirse. La otra volvía a su lugar, sobre la dura erección de Lavi. Con lentitud, Kanda envolvió su extensión y empezó a moverse muy, muy lentamente arriba y abajo. El pelirrojo jadeó y se estremeció, todo su cuerpo en tensión, su alma concentrada en esa mano que subía y bajaba.

Sintiendo el placer del otro en su propio cuerpo, Kanda aceleró el ritmo. Saberse dueño de aquella respiración acelerada, señor de los jadeos entrecortados que escapaban de los labios del pelirrojo, era todo cuanto habría podido desear. Él era la causa de los gemidos, de ese rítmico movimiento de cadera, del sudor que perlaba todo su cuerpo. Era excitante pensar que podía controlar todo aquello, que el joven Bookman estaba en sus manos y él podía decidir alargar su placer o dejarle ir.
Le sostenía contra su propio cuerpo, respirando contra la curva de su cuello, saboreando su olor. Mordisqueando la suave piel del chico, aumentó las sacudidas hasta que sus jadeos y gemidos llenaron la habitación, hasta que le notó estremecerse y estallar entre sus dedos.
Suyo, Lavi era suyo, y saberlo, era lo mejor que había experimentado nunca.

—Dime, pequeño usagi —gruñó en su oído con voz ronca, impregnada de sexo, — ¿crees que Allen podría darte algo parecido?

El otro sacudió la cabeza, todavía incapaz de articular palabra. No, sin ninguna duda, nadie se la ponía tan dura como Yuu. Daba igual que Allen fuese tierno y divertido, mientras Kanda estuviese cerca, nadie más volvería a reinar en sus sueños.



_____________________________________________________

Los personajes y la trama original pertenecen exclusivamente Katsura Koshino.


Este relato me ha llevado muchas horas de pensar guarrerías y muchas, muchísimas comeduras de cabeza. Lo empecé en Noviembre, después del Salón del Manga, donde leímos el tomo de D. Gray Man, el maléfico tomo con una última escena que suscitó sucios pensamientos en la depravada mente de Mew... y en la mía también.
La imagen me llevó a empezar el que sería mi primer fic yaoi. Pretendía escribir un sucio YuuAllen, pero tras la primera escena me atasqué. Pasaron varios meses, uno tras otro, sin que se me ocurriese nada más. Y es que, seamos sinceros, esa pareja no me convence mucho más que en momentos puntuales.

Entonces sucedió el milagro. Leyendo un fic de Harry Potter (sobre mis amados Merodeadores, por supuesto) encontré la inspiración que me faltaba. Un fic maravilloso sobre una yaoística relación SiriusxLupin. Genial, de verdad.
Sucedía en los baños y leyéndolo fui capaz de imaginarme a Kanda entre el vapor y junto a él... a Lavi. Retomé la escritura pero entre estudios y exámenes terminé abandonándolo de nuevo.

Más adelante, al pensar en retomarlo, me di cuenta de una fecha que se acercába rápidamente: el cumpleaños de Mimi. ¿Y qué me jor regalo para ella que un relato cochino con su amado Kanda como protagonista? El único problema era que tenía que terminarlo a tiempo para su cumpleaños y antes de irme a Galicia, donde no escribiría nada. Eso me daba un par de semanas de margen.... un par de semanas que pasaría en su casa. ¡Oh, desastre!
Sin embargo me las apañé bastante bien para escribir a escondidas y hacerme la interesante cuando Mew sabía lo que hacía.

Ha sido la primera vez que escribo un relato con fecha de entrega y la verdad es que ha sido bastante agobiante. Cada vez que me bloqueaba me enfadaba y me ponía nerviosa, pensando que no lo terminaría, lo que me bloqueaba aún más. Al final no me ha quedado tan largo ni tan sucio como tenía planeado (falta una escena dentro de las duchas que os haría salivar a muchos jojojo), pero me gusta el resultado. Espero que a vosotros también.

Ahora, solo me queda decir, una vez más...

¡¡FELIZ 190 NO-CUMPLEAÑOS, MIMI!!

20/7/10

Conected


Amor. ¿Un montón de hormonas que pululan por nuestro organismo? ¿Un sentimiento profundo, mágico y maravilloso? ¿Placebo? ¿El título de un relato?

Sinceramente no me veo capaz de dar una definición satisfactoria de este sentimiento, ilusión o lo que queráis considerarlo. No creo que pueda reducirse a mera química (no creo que ninguna de las facetas del pensamiento y la mente humanas puedan hacerlo), pero tampoco soy una chica de sentimentalismos baratos. En este momento lo único que tengo claro del amor es que no me gusta la idea que se tiene de él. O más que del amor, que siempre parece ir acompañado de una insufrible aureola de azúcar, pastelosidades y demás cuestiones que causan sarpullido, no me gusta el concepto "oficial" de lo que debe significar querer a alguien o tener una relación de pareja.

Porque querer a alguien no debería ser sinónimo de quedar atado a ese ser para siempre, tener una relación no debería ser ningún tipo de condena de la que nunca poder escapar, porque, a pesar de lo que digan los cuentos, el amor no es para siempre.

La gente cambia, el mundo cambia, las situaciones cambian; ante esto, me parece un tanto ingenuo intentar sostener la eternidad de cualquier cosa. Dos personas pueden quererse mucho, muchísimo, pueden tener un mundo de cosas en común, congeniar a la perfección y estar hechos para convivir el uno con el otro. Sí, yo creo que algo así puede darse, pero puede darse en un momento, un momento que quizás dure dos días o quizás dos siglos, pero que tarde o temprano terminará. Cuando pase el momento, esas personas habrán cambiado, el mundo de cosas que compartían habrá desaparecido o menguado o la convivencia se habrá complicado; de una forma o de otra, por las razones que fueren, eso que les unía de una forma "especial", eso que diferenciaba su relación de las que mantenían con los demás, eso que llevaba sus sentimientos más allá del sexo o el azúcar, habrá desaparecido. Habrán cambiado, su relación habrá cambiado y llegará el momento de plantearse si volver a cambiar o buscar algo nuevo, más ajustado a ese nuevo yo.

Desde mi punto de vista, el amor azucarero, ñoño y trillado que predican muchos, no existe. Existen las conexiones. Conexiones intensas, apasionadas, que unen por un tiempo y después se debilitan y desaparecen. Esas conexiones, ese amor, no pueden medirse en la cantidad de tiempo que haya durado, en la cantidad de regalos suaves, blanditos y rosas que haya supuesto ni en el número de palabras tiernas susurradas al oído. Lo importante es la calidad del tiempo en pareja, la cantidad de buenos recuerdos y sensaciones maravillosas que reporte esa relación.
Si hay más peleas, dramas o enfrentamientos que buenos momentos, esa conexión no merece la pena, hacedme caso. Pensar esto no funciona bien pero en el fondo me quiere, siempre ha sido una persona difícil o es su forma de querer, no es más que mierda, de verdad, lo digo por experiencia. Una conexión o relación que no consiga arrancaros una sonrisa (al menos la mayoría del tiempo), al pensar en la otra persona no merece la pena, no es la adecuada. Y esto se puede aplicar tanto a las relaciones de pareja como a cualquier otra relación, no se pude querer a patadas.

Cuando se encuentra una de estas conexiones maravillosas lo mejor es vivirla y disfrutarla con intensidad, al máximo, exprimiendo hasta la última gota de placer y felicidad y cuando termine, dejarla ir. Intentar alargar una conexión cuando claramente ha desaparecido, intentar estirarla y estirarla hasta que se rompa, ya sea por la costumbre de estar juntos (¿os suena eso de "qué voy a hacer sin él/ella"?), o por cualquier otra razón, es una tontería. No vale la pena convertir algo tan bueno en un drama, tapar los buenos recuerdos con pena o enfado y terminar reduciéndolo al mal recuerdo de una ruptura difícil.

Y por favor, basta ya de esa estúpida coletilla que se repite tanto después del final de una relación. Yo pensaba que me quería pero está claro que nunca lo hizo. ¿Por qué? ¿Por qué demonios que no dure para siempre tiene que significar que nunca ha existido? ¿Nadie ha escuchado nunca eso de "las cosas buenas y breves, dos veces buenas"?




6/7/10

Galletas de mantequilla


Hoy os traigo otra nueva receta para que probéis en casa. Esta tarde, después de una sesión intensiva de Queer as Folk (desde que le puse el primer capítulo no ha dejado de verlo... he creado un monstruo horrible >.<) decidimos hacer algo distinto para descansar de tanto vídeo y dado que las existencias en la despensa son más bien escasas, terminamos buscando alguna recetilla que tan solo requiriese agua, tomate y hojaldre. Fue un búsqueda ardua, pero al final hemos encontrado algo mejor que pan con tomate: Galletas de Mantequilla; una receta rápida, sencilla y rica.

INGREDIENTES


- 300g de harina
- 120g de mantequilla
- 60g de azúcar
- 150ml de leche
- Una pizca de sal



PASO A PASO

En un bol se mezcla la mantequilla, la sal, el azúcar y la leche. Una vez esté todo bien disuelto, se añade la harina poco a poco mientras se remueve bien para evitar los grumos.


Se deja reposar como mínimo una hora para que se asiente la mezcla y después, sobre una superficie lisa y cubierta con harina, se extiende la masa con un rodillo. Para meter las manos en la masa os recomiendo untároslas con mantequilla o con aceite (preferiblemente lo primero) para evitar que se os pegue hasta los codos.

Para hacer las galletas se pueden usar moldes bonitos o hacer como nosotras y dejar volar la imaginación. Nos dedicamos a hacer churritos y figuiritas, sacando a relucir nuestra vena friki una vez más y terminamos haceindo lunas, frutas de papou (no, no son lunitas y estrellitas, son las frutas frikis sacadas del KH y mi marca personal), y letritas. Ahí tenéis el resultado en la bandeja del horno, Shinichi, Natsuki (en japo ^^) y dos megagalletas gigantescas para cada una.



Se precalienta el horno, se engrasa con mantequilla la bandeja o el recipiente donde vayan a ponerse las cuasi galletas y se dejan hornear durante unos 20-25 minutos a 170ºC, dependiendo del gusto del consumidor. Cuanto más pequeñitas sean, antes hay que sacarlas para evitar que se churrusquen demasiado, pero si habéis decidido crear las madres de todas las galletas, como nosotras, pueden estar un poco más.


El resultado ha sido genial (a MiMi le han gustado mucho jojojo). Son geniales para pasar con el café a primera hora, o para acompañar con helado de vainilla, miel o chocolate.

Si decidís probar suerte, ya me contaréis qué tal la experiencia.

4/7/10

Sexo, drogas y SIDA

Años setenta, la liberación sexual estaba en pleno apogeo, la comunidad homosexual empezaba a salir a la calle reivindicando su existencia y las drogas eran cada vez más populares entre toda la población.

En junio de 1981 se produjo un llamativo brote de Pneumocystis carinii, un tipo de neumonía asociado a enfermedades inmunitarias, en una comunidad homosexual de San Franciso (EEUU). Poco después siguieron casos cada vez más numerosos de sarcoma de Kaposi, toxoplasmosis, candidiasis y citomegalovirus, todas ellas enfermedades asociadas a problemas inmunodepresivos. En pocos meses estas y otras enfermedades se extendieron a otros países, principalmente europeos, y saltaron las alarmas. El SIDA había llegado.
En 1983 se diagnosticó el primer caso en una persona heterosexual y cundió el pánico, de pronto, cualquiera podía contagiarse.

No se sabía de dónde había venido, cómo se transmitía, ni cómo podía combatirse. Su rápida propagación entre drogadictos, prostitutas y homosexuales llevó a considerarla un castigo divino, reservado tan solo para “gente de mala vida”. Los enfermos se convertían en auténticos parias, rechazados y marginados por el miedo al contagio; padecer SIDA era sinónimo de muerte, y sin embargo, no fue considerada un verdadero problema de salud pública hasta que la epidemia se volvió incontrolable.

Desde su descubrimiento, el SIDA ha sido una enfermedad tabú. Se ha evitado hablar de ella durante mucho tiempo, lo que tan solo ha conseguido ayudar a su rápida propagación por todo el mundo. Veintinueve años después de que se anunciase el primer caso, el SIDA se ha convertido en la primera causa infecciosa de muerte en el mundo. Se calcula que hay unos treinta y tres millones y medio de personas infectadas en todo el mundo, el ochenta por ciento de ellas en África; más de dos millones de niños tienen VIH, la mayoría de África subsahariana, y cerca de 1200 más se infectan cada día sólo en este lugar.
Es una enfermedad que está en todas partes y nos afecta a todos, aún así, para muchos sigue siendo una enfermedad desconocida, cargada de prejuicios y grandes mitos.




_______________________________________

Tras mi larga, larga ausencia por diversos problemas con mi irdenador y la malévola red de mi casa, he vuelto temporalmente (mientras esté en casa de Mew >.<)
De momento os dejo la introducción de mi trabajo sobre el SIDA, del que estoy bastante orgullosa. Al final no me salió la caca que esperaba.

¿Recordáis ese cuestionario que subí? Sí, ese que sólo Marc y Mew se pararon a responder (muchísimas gracias a ambos una vez más). Con los resultados obtuve unas tablas maravillosas que fueron el eje de mi trabajo, en el que concluí, como era de esperar, que la gente sabe mucho más del SIDA que hace veinte años, pero que sigue siendo demasiada poca información. Sí, la mayoría supieron diferenciar entre VIH y SIDA (virus y síndrome, para los que no acertaron), pero también fueron la mayoría los que no supieron si las pruebas de detección eran válidas al día siguiente o si era posible contagiarse a través de las heces o la picadura de un mosquito.
Malo, yo creo que esto es muy malo. Sí, vale, el 90% de los encuestados saben que cualquiera puede contagiarse (ese diez por ciento restante que apuntó exclusivamente a homosexuales y prostitutas debería leerse un par de folletos y salir de la cueva... o la secta, pero hacerlo cuanto antes) pero si no saben cómo, ¿qué hemos arreglado?

Por otro lado, esa falsa sensación de seguridad que nos da el "conocimiento" que creemos tener sobre el SIDA nos lleva a tomárnoslo todo mucho más a la ligera. Al fin y al cabo, sabemos que un preservativo puede evitar el contagio y podemos hacernos con una caja llena de ellos en cualquier momento, nosotros no corremos ningún riesgo. De nuevo error y de nuevo, estupidez.
Desengañémonos de una vez, el SIDA está matando a África, pero también lo hacen las diarreas, el paludismo, el cólera o el sarampión; la explotación que sufren por parte de países desarrollados, la ablación a las mujeres, la falta de alimentos y agua potable, de medicamentos, de ayuda. Sí, África está bien jodida, pero sus males no son solo suyos (ya profundizaré en el tema África en otro post).
No debemos olvidar que el SIDA no es una enfermedad "de negros, putas y maricas" (lamento la expresión) como muchos se empeñan en sostener. El SIDA es una enfermedad que hoy en día podemos encontrar en cualquier lugar y que afortunadamente para los que vivimos en los países del norte, no implica lo mismo que hace veinte años.
Así que si la medicina ha conseguido desdemonizar el SIDA, nosotros también podemos.