6/5/08

Como la Vida misma. capitulo V (parte I)

V. Asiento

Me meto en el metro sin volverme ni una sola vez, pero antes de picar me paro a mirarme el labio. Se me ha hinchado de verdad y tengo una buena herida en el lado derecho, por lo menos no me ha dejado toda la dentadura marcada y ya no sangra. Mira que hay que ser bestia para romperme el labio de un mordisco. Me arreglo un poco el pelo, que parece que me ha pasado un tornado por encima y... ¡Horror! Veo entrar a Javier, que también me ve y sonríe con tranquilidad.
Me voy casi corriendo hacia la vía y apenas tengo que esperar unos segundos, que aprovecho para sacar los cascos, antes de que llegue el metro. Me subo más tranquila y casi pego un salto cuando le veo. ¿Pero cómo le ha dado tiempo a adelantarme y entrar antes que yo? ¿Es que se ha creído superman o qué?

Él ni se percata de mi presencia y se sienta en el único asiento vacío que queda. Vale, ahora me mantengo alejada de él a pesar de ir enlatada y todo arreglado, mañana no se acordará y yo volveré a vivir en mi fantástico mundo de la piruleta...
Una señora me empuja al entrar y me manda directamente hacia él. ¡¿Es que todo el mundo está hoy en mi contra o qué?! Tropiezo con mis propios pies y me desplomo encima suyo. Me quedo retorcida sobre sus rodillas, se me engancha la mochila y tiene que agarrarme para evitar que me desnuque. Estamos muy pegados, demasiado juntitos diría yo, así casi ni puedo controlar mis acciones. ¿Pero qué queréis? Soy humana y tengo el brazo del tío más buenorro del mundo rodeándome la cintura, apretándome bien contra él, y su rostro casi pegado al mío, con sus increíbles ojazos clavados en mí, estudiando cada uno de mis movimientos.

-Hola otra vez

Su voz suena cálida junto a mi oído y me dirige una amplia sonrisa, debe ser que le parece muy divertido. Pero a mí no, tengo un tipo sudoroso que me impide incorporarme y estoy medio espatarrada encima de Javier.

-¿Te importa ayudarme? Es que las posturitas las guardo para más adelante, si voy luciendo mis habilidades de contorsionismo desde el principio, luego pierde gracia

El comentario le hace sonreír y se inclina un poco, buscando mi mirada. Yo levanto el rostro, retadora, pero en seguida me pierdo en un mar azul. Puedo sentir la caricia de su aliento en los labios, apenas nos separan unos centímetros, pero a mí me parecen kilómetros. Se me eriza el vello de la nuca y noto un escalofrío que me recorre la espalda. Entonces él se muerde el labio con un gesto distraído y me obligo a apartar la mirada. Dios mío, esto es lo más excitante que me ha pasado en toda la vida. Se respira la tensión sexual y estoy segura de que si no estuviera atrapada ya me habría lanzado a por él, sin importarme qué ocurriera después. Casi no puedo resistir la tentación de extender el brazo y acariciarle el rostro, estoy deseando sentir el tacto de su piel, la textura de sus labios, el sabor de su raspiración en mi lengua... me conformaría con acariciar su pelo, tiene un aspecto tan suave...

Él no aparta la mirada de mí y yo tampoco puedo dejar de observarle. Sus ojos prometen cumplir las fantasías más inconfesables y esa sonrisa huidiza que acaba de aparecer en su rostro me reta a dar el primer paso. ¡Oh, dios! Tan solo tengo que inclinarme un poquito para alcanzar el paraíso, pero mi cuerpo se niega a obedecer.

-La mochila y eso... –murmuro en un intento desesperado por obligarme a reaccionar

Creo que capta mi desesperación, porque tira de la mochila y como por arte de magia consigue quitármela... y con una sola mano. Pero claro, llevándola vacía es muy fácil, seguro que si llega a pillarme ayer nos pasamos así todo el viaje. Que mañana no se me olvide salir de clase bien cargada. Me incorporo y hago ademán de levantarme, pero él me lo impide, manteniéndome sobre sus rodillas, aunque ahora con un poco mas de dignidad.

-Me parece que todavía no me has dicho cual es mi apodo

Al hablar, su aliento me acaricia el rostro, no sé si es porque lo hace aposta o porque yo estoy hipersensible, pero me encanta. Estoy empezando a hiperventilar y tengo taquicardia, además creo que si no tuviera el estómago sellado como una cámara acorazada hace rato que me habría puesto a vomitar... encima del sudoroso este que cada vez se nos pega más.

-Javi... Javier, yo...


-Llámame Javi, me gusta cómo lo dices



>> Antes de irme a tocarme las bolas por fin, que llevo toda la tarde arreglando el lio que he formado con las entradas de la historia, advierto que el relato ha sufrido una pequeña... digamos... reestructuración y que eso supone capitulos más cortos... y con nombre!; asi que cambiare los titulos de las entradas y reorganizare cómo he ido colgando la historia. Espero que no se muy confuso, y si lo es, los comentarios y el chatbox no requieren registrarse en ningun lado y son gratis! Asi que a colapsarme el blog, que esta empezando a coger polvo. bExotesss!




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