20/7/10

Conected


Amor. ¿Un montón de hormonas que pululan por nuestro organismo? ¿Un sentimiento profundo, mágico y maravilloso? ¿Placebo? ¿El título de un relato?

Sinceramente no me veo capaz de dar una definición satisfactoria de este sentimiento, ilusión o lo que queráis considerarlo. No creo que pueda reducirse a mera química (no creo que ninguna de las facetas del pensamiento y la mente humanas puedan hacerlo), pero tampoco soy una chica de sentimentalismos baratos. En este momento lo único que tengo claro del amor es que no me gusta la idea que se tiene de él. O más que del amor, que siempre parece ir acompañado de una insufrible aureola de azúcar, pastelosidades y demás cuestiones que causan sarpullido, no me gusta el concepto "oficial" de lo que debe significar querer a alguien o tener una relación de pareja.

Porque querer a alguien no debería ser sinónimo de quedar atado a ese ser para siempre, tener una relación no debería ser ningún tipo de condena de la que nunca poder escapar, porque, a pesar de lo que digan los cuentos, el amor no es para siempre.

La gente cambia, el mundo cambia, las situaciones cambian; ante esto, me parece un tanto ingenuo intentar sostener la eternidad de cualquier cosa. Dos personas pueden quererse mucho, muchísimo, pueden tener un mundo de cosas en común, congeniar a la perfección y estar hechos para convivir el uno con el otro. Sí, yo creo que algo así puede darse, pero puede darse en un momento, un momento que quizás dure dos días o quizás dos siglos, pero que tarde o temprano terminará. Cuando pase el momento, esas personas habrán cambiado, el mundo de cosas que compartían habrá desaparecido o menguado o la convivencia se habrá complicado; de una forma o de otra, por las razones que fueren, eso que les unía de una forma "especial", eso que diferenciaba su relación de las que mantenían con los demás, eso que llevaba sus sentimientos más allá del sexo o el azúcar, habrá desaparecido. Habrán cambiado, su relación habrá cambiado y llegará el momento de plantearse si volver a cambiar o buscar algo nuevo, más ajustado a ese nuevo yo.

Desde mi punto de vista, el amor azucarero, ñoño y trillado que predican muchos, no existe. Existen las conexiones. Conexiones intensas, apasionadas, que unen por un tiempo y después se debilitan y desaparecen. Esas conexiones, ese amor, no pueden medirse en la cantidad de tiempo que haya durado, en la cantidad de regalos suaves, blanditos y rosas que haya supuesto ni en el número de palabras tiernas susurradas al oído. Lo importante es la calidad del tiempo en pareja, la cantidad de buenos recuerdos y sensaciones maravillosas que reporte esa relación.
Si hay más peleas, dramas o enfrentamientos que buenos momentos, esa conexión no merece la pena, hacedme caso. Pensar esto no funciona bien pero en el fondo me quiere, siempre ha sido una persona difícil o es su forma de querer, no es más que mierda, de verdad, lo digo por experiencia. Una conexión o relación que no consiga arrancaros una sonrisa (al menos la mayoría del tiempo), al pensar en la otra persona no merece la pena, no es la adecuada. Y esto se puede aplicar tanto a las relaciones de pareja como a cualquier otra relación, no se pude querer a patadas.

Cuando se encuentra una de estas conexiones maravillosas lo mejor es vivirla y disfrutarla con intensidad, al máximo, exprimiendo hasta la última gota de placer y felicidad y cuando termine, dejarla ir. Intentar alargar una conexión cuando claramente ha desaparecido, intentar estirarla y estirarla hasta que se rompa, ya sea por la costumbre de estar juntos (¿os suena eso de "qué voy a hacer sin él/ella"?), o por cualquier otra razón, es una tontería. No vale la pena convertir algo tan bueno en un drama, tapar los buenos recuerdos con pena o enfado y terminar reduciéndolo al mal recuerdo de una ruptura difícil.

Y por favor, basta ya de esa estúpida coletilla que se repite tanto después del final de una relación. Yo pensaba que me quería pero está claro que nunca lo hizo. ¿Por qué? ¿Por qué demonios que no dure para siempre tiene que significar que nunca ha existido? ¿Nadie ha escuchado nunca eso de "las cosas buenas y breves, dos veces buenas"?




2 comentarios:

Sarah dijo...

Aleluya! Vuelvo a leer algo tuyo. Y me gusta, claro.
Amen a todo, como siempre.
Tenemos que hablar por los e-mails, a ver si me cuentas mas tus cosillas/sentimientos, etc. Aunque no es que sea yo la mas indicada para exigirte eso, para esas cosas soy muy cerrada. Pero bueno, tendre que cambair algun dia no?
:)

Sarah dijo...

Por cierto, cuentame en tu e-mail sobre tu alumno vale?