Porque yo lo valgo

Pensaba actualizar con algo más currado, algo estupendástico que os dejase, una vez más, con la boca abierta de admiración.... Nah. La vaguería me ha llevado a este cutre post, pero oye, algo es algo.

Hoy es el día de la mujer trabajadora (¿dónde habrá quedado eso de no celebrar ningún día? A partir de ahora hasta el nocumpleaños. Esperad y veréis) así que aprovecho y actualizo sobre el tema.

Hace poco, en una de esas impresionantes clases de inglés tratamos el tema de la igualdad de género. Tampoco penséis que es algo espectacular. Sencillamente los temas del libro son muy exóticos y cada uno va de un tema. Esto sería bueno e interesante si no terminase degenerando y pareciendo un puñetero cachondeo. En serio. Ya os contaré la experiencia del amor, los novios y San Valentín tratados por esta mujer. Inolvidable, no hay otra forma de describirlo. De momento os dejo algo para alimentar vuestras pesadillas: CAJA ROJA DEL AMOR. Toma ya.

A lo que iba. El caso es que la mujer esta hizo una currada encuesta preguntando a dedo y resultó que los papis que estaban en casa (obviando los numerosos divircios y esas cosas) se tocaban los huevos a dos manos. En la mía ocurre esto, no me voy a ir muy lejos ni voy a desvariar sobre la vida de los demás. La mesa, la colada, la comida y la limpieza lo hacemos las mujeres. Unos por cansancio (nosotras no nos cansamos, no te jode?) y otros por tocahuevos, al final se lavan las manos. debe ser que nosotras no hacemos nada en todo el día. Ja!

¿Y por qué digo todo esto? ¿A qué viene esta pseudoreivindicación? Simplemente he tenido un mal día y me ha puesto de mala leche este tema. Que esto sea así la mayoría de las veces no quiere decir que no haya tipas muy cabronas que también se aprovechan de ellos. Que yo lo he visto.

Pero dejando la tontería a parte, es un tema serio. Y en realidad lo tenemos muy jodido, porque como personitas humanas que somos tenemos tendencia a aprovecharnos de los demás. Primero recibir, luego seguir recibiendo y ya veré si doy algo. Pero al menos, que por intentarlo no quede. La clave es la prototipada y utilizada hasta el hastío idea del respeto muto. Hay que intentar que las nuevas generaciones asimilen lo de todos somos iguales como algo natural. Si han perdurado los derechos humanos (más o menos respetados, pero vivos todavía), tal vez esto también termine por calar. Llamadlo utopía o pedagogia barata, da igual, yo necesito creérmelo.



Me encanta.