21/10/10

Caffeine

Me gustan muchas cosas. Me apasionan muchas cosas y sin duda estoy enganchadísima a otras tantas. Nada realmente malo o perjudicial del estilo cocaína, ni siquiera tabaco o alcohol, que parecen más "light", pero sin duda son tan adictivas como estos.

Me gusta leer y escribir, por ejemplo. Oh, que bonito y que tópico, diréis algunos. No os faltará razón, pero no por eso deja de ser cierto o adictivo. Supongo que es necesario experimentar el mono de un libro, la necesidad obsesiva de leer algo, para poder entenderlo. Y os aseguro que no es bonito estar pegado a un libro, olvidando todo lo demás. Tampoco lo es sentarse horas y horas ante el ordenador escribiendo ideas sueltas, sin ser capaz de pensar en otra cosa que esos fragmentos de algo que se resiste a tomar forma.

Me gusta el manga, las películas y series. Soy capaz de gastar verdaderas millonadas en merchandaising de esto y comprar cientos de tomos de manga a pesar de tenerlos a mi alcance de forma gratuita. Puedo pasarme un verano entero trabajando para conseguir pasta y poder irme a Barcelona, a un salón que en lo esencial, no dista mucho del que tengo en Madrid. Paso fines de semana enteros viendo una serie con sus veinte temporadas y quinientos capítulos extra al completo, o de maratón en maratón de cine guay.

Me gusta salir por ahí y me jode quedarme un fin de semana sin ir a algún sitio con mis amigos, hacer el idiota y gandulear un rato. Me gusta meterme en alguna sala con peor acústica que mi salón a escuchar algún grupo que nadie conoce, me gusta tirarme en un parque y tomar algo mientras divagamos sobre el sentido de la vida, anime o los nuevos preceptos nachistas.

Tengo una larga lista de cosas geniales que hacer que me jodería perder. Y sin embargo, llegado el momento, podría renunciar a todas ellas.
Adios placeres y vicios, adiós adicciones malsanas.

Podría renunciar a todo... menos al peor de todos. Al vicio que realmente me ha atrapado y me mantiene con vida. Al que le debo mi capacidad de levantarme por las mañanas y sentarme durante sesenta horas seguidas al día a estudiar sin parar.

Jamás me quitaréis la cafeína.

2 comentarios:

DigiL-Matt dijo...

tenia que ser la cafeina
esa pequeña sustancia que algunos consideran buena y otros mala
esa sustancia llena de mitos y realidades
esa sustancia tan estimulantemente estimulante
tan necesaria en las mañanas como por las noches y madrugadas

quien sabe en que se convertiria mi vida sin la cafeina (y los dulces).

Charlie D. dijo...

Mmm... cafeína. Nunca me gustó.





(Hasta que hice segundo de bachillerato, claro.) xDDDDDD