21/1/08

Como la Vida misma. capitulo II

II. ÉL

-Kyra, Kyra

Un par de codazos consiguen sacarme completamente de un estupendo sueño plagado de galletas de chocolate gigantes y tíos buenos. Miro rencorosamente a Lara, que se sienta a mi lado y sigue destrozándome las costillas con el codito de las narices. Pero... ¡error! No, no estoy tumbada alegremente en mi cama, donde tengo permiso a soñar con galletas del tamaño de King Kong... Nooo, estoy en la estúpida clase de francés y la profesora me mira con cara de hidra.

-Muy bien, ya podéis iros todos, todos menos tu Catherine

Mierda, encima tengo que quedarme ¿por qué no puede gritarme públicamente cómo hacen todos? ¿Por qué tiene que hacerme sufrir, encerrándome en una clase que huele a choto y dándome por vigésima vez este trimestre su discurso sobre la responsabilidad y la gratitud?

-Mira, yo no sé muy bien qué es lo que quieres de la vida –¡Oh no, es la versión extendida! ¿Por qué me haces esto mundo cruel?- pero creo que tú, mejor que nadie, sabes muy bien lo que se te está ofreciendo...
Todavía me asombro de mí misma, soy un ser perfecto, para qué vamos a engañarnos, mis defensas reaccionan a la mínima, protegiendo mi integridad física y mental a la perfección. Y si no que le pregunten a mi cerebro, en cuanto Carmen se ha puesto a hablar, mis neuronas han entrado en hibernación, protegiendo mi cerebro de sufrir daños irreversibles, como podría ser el sentirme culpable. Aunque creo que después de que ella se haya ido, yo me he pasado unos cinco minutos observando la pared con la mirada perdida y babeando...


Bueno, no importa, ahora ya estoy en la calle y el aire me ayuda a refrescarme las ideas...bueno, mejor dicho me las congela, porque hace un frío polar que me cala hasta los huesos por culpa de este maldito uniforme. Que, por supuesto, además de hacernos parecer a todos igual de estúpidos, es incomodísimo y está fabricado con una tela de última generación con unas propiedades innovadoras: consigue que te pique todo el cuerpo, en verano te cueces de calor y en invierno se te congelan hasta los pelillos...del.. ejem, sobaquillo, ejem, que esto es horario infantil y tampoco es bueno que empecéis a pensar raro de mí tan pronto.

Pues eso, que estoy en la calle, embutida en el plumas y tapada hasta las orejas con una bufanda de estas de borreguillo que, por supuesto, también pican mucho pero que dan un calorcito que da gusto. Y así, empanada como voy, llego casi sin darme cuenta hasta el instituto San Fernando. En la puerta, como siempre, está el corrillo de gente que ya conozco, aunque sea nada más de verles todos los días. Hay una chica muy mona que lleva el pelo con mechas de un azul eléctrico y cortado muy desigual, como si lo hiciera ella misma... pero con unas tijeras de podar. Aunque le da un toque diferente que le sienta genial. Viste de oscuro, con calaveras, tachuelas, gasas,... tiene un estilazo increíble; aunque lo más impresionante es cómo se pinta los ojos, me encanta. Ojalá pudiera hacerlo yo también, todo con tonos grises muy oscuros y mucho negro, parece que le salten de la cara, como si tuvieran vida propia. Yo la llamo Darky.
Luego está Terminator, es un tío de dos por dos, pero literal ¿eh? Parece un armario y a mi me da la impresión de que siempre está de mala leche, y la verdad es que está cuadrado, puedo ver la forma de sus músculos desde lejos. Da miedo, seamos sinceros, no me gustaría caerle mal y la verdad es que aunque no es feo, es un poco peludo, me recuerda a un osito. También hay un chico que siempre viste de oscuro, con ropa de grupos y va lleno de cadenas, pinchos y pircings, me da un poco de grimilla, y no por su aspecto, es que siempre está intentando sobar a alguna pobre desgraciada, es un baboso en toda regla; el inconfundible Machoman. Está también esa chica tan mona, Bollito, siempre va muy sencilla, aunque tiene claras tendencias pijo-guarrillas, y siempre se va agarrada de alguna amiguita... ¿el nombre lo dice todo no?
Y luego está ÉL, Ojazos para los amigos. Si, si, ÉL, con mayúsculas y exclamaciones si es necesario, ¿cómo describirlo? Es...es... Bueno vale, el chaval es muy normalito; pelo negro, piel clara, un pircing en la ceja izquierda y viste con sencillez, con vaqueros y camisetas que a veces son de grupos... Pero sus ojos... ¡Qué ojos! Aunque el chaval es tonto y no se quita las gafas de sol ni pagando, yo he tenido el privilegio de verlos de cerca y os lo puedo asegurar. ¡Qué ojazos! De un azul intensísimo, van perdiendo color hasta quedar una especie de arito grisáceo alrededor de la pupila, rodeados por unas pestañas negras que ya me gustaría a mi tener y siempre marcados por unas pequeñas ojeras casi imperceptibles. Cuando nuestras miradas se cruzan, siento que se me corta la respiración, me encoge el estómago y la temperatura me sube a límites insospechados. Es... es EL, no hay otra forma para describirlo.



>> Este cachito va para mis Ojazos originales, que aunque tiene mucho muchísimo de Christian (si ya se que estoy obsesionada y que por mucho que babee no va a salir del papel, pero es lo que tiene colgarse de un tío perfecto, que solo están en los libros) también tiene una parte de dos chavales que me han marcado mucho: Lirio, por tu increíble parecido a mi Chris, que eres casi mas callado que él, jodio; y el Javi original, un chaval encantador y con esa chispa que tan solo los andaluces tienen, no sé que habría sido de Ojazos sin vosotros. Y por supuesto no puede haber un post de agradecimiento sin nombrar a mi Gerdy, que estás en todas partes jodia, pero te lo mereces, que gracias a tí salió este fic a la luz. Por tu culpa desvarío aun mas de lo normal y me paso el día enganchada al cactus, pero Ojazos y Kyra te debebn la vida.

1 comentario:

t0ki0h0t31 dijo...

juer, tronka, al final me acabas enganchando a mi tb... lo sigo diciendo, me encanta como escribess :)

Muxos bsts!

Pd: Cactus Team, 4ever...